Germán Herrera colaboró y fue importante para el logro de un título en Rosario Central después de muchos años. La Copa Argentina tapó muchos errores deportivos que se habían cometido pero sirvió para poder pensar en positivo para el futuro. Sin embargo, todo se dilapidó en cinco meses: el equipo no clasificó a la siguiente fase de la Libertadores, quedó afuera de la Sudamericana y eliminado de forma temprana en la Copa de la Superliga. A esto, hay que destacar lo que dejó de ganar: cerca de 3 millones de dólares.

Este miércoles no tendrá la despedida esperada el goleador del canalla, el jugador que tiene todo el afecto del hincha. Los dirigentes tendrían que haber sido, no talentosos, apenas inteligentes y decirle al DT que era necesario que Herrera juegue desde el arranque porque la fiesta no solo era para el delantero, también para el club.

Estos son los momentos donde se demuestra si conducís o no una institución. No puede venir ningún técnico a marcarte el terreno fuera de lo deportivo y lo que ocurrirá este miércoles no tiene nada que ver con un partido de fútbol, sino con lo institucional, porque Herrera es un ídolo de Central, casi por estos tiempos igualado a la imagen de Aldo Pedro Poy.

En los últimos años los responsables del club entregaron las llaves a los técnicos de turno y los resultados no fueron positivos. Siguen cometiendo los mismos errores y no los corrigen. Una pena.