Rosario Central vivirá desde aquí y hasta fin de año semanas decisivas que le servirán a la dirigencia canalla para tomar determinaciones. Es que quedará definido si clasificará o no a la Copa Sudamericana, algo que para la comisión directiva es clave a la hora de pensar en la continuidad del Kily González.

El objetivo de participar en un torneo internacional lucía posible tras la victoria ante Racing, pero las dos caídas en serie con adversarios directos lo dejaron con pocas posibilidades reales: en la tabla anual quedó decimoquinto con 42 puntos, a cinco unidades del último clasificado (que es justamente la otra Academia).

Lo que complica es que hay otros cinco equipos antes: Huracán, Gimnasia, Unión, Argentinos y Defensa y Justicia. Y el fixture es complejo: tras el parate por Eliminatorias, le tocará jugar con Atlético Tucumán en Arroyito (el más “accesible” de los que restan); luego visitará en Santa Fe a Colón, donde le cuesta muchísimo ganar; tras cartón, recibirá a River (que puede ser campeón ese fin de semana); posteriormente visitará a Lanús (otra cancha casi inexpugnable en la que hace años que no gana)y cerrará recibiendo a Huracán.

De esos cinco partidos de esta Liga Profesional, en el universo auriazul calculan que deberían sumar entre 9 y 11 unidades de 15 posibles para aspirar meterse en uno de los cupos disponibles. Una meta que no es imposible, pero que por cómo viene jugando no parece tan probable.

Si no entra a la Copa, ¿qué pasará con Kily González y Mono Gordillo? Si bien el manager ya está trabajando en la conformación del próximo plantel y el DT sólo tiene la mira puesta en los juegos de este 2021, son varias las voces en la comisión que plantean que si no se cumple ese objetivo, habría que cambiar de aire. Y los primeros fusibles a saltar serían el DT y el gerente deportivo, los dos ejecutores principales de la política deportiva del club.