La pregunta de todos los que estaban mirando la transmisión televisiva de la caída de Newell's ante Huracán era la misma: ¿Maxi Rodríguez no va a entrar? De hecho, las cámaras lo siguieron durante un buen rato sentado en el banco, buscando alguna reacción que nunca llegó: la Fiera se mantuvo impasible con los ojos en el campo, con más tristeza que enojo.

Tras el 0-1, el entrenador Fernando Gamboa dijo en conferencia de prensa que lo había pensado como opción para reemplazar a Nicolás Castro y  que el partido lo llevó a tomar otras decisiones. Pero hay  algo claro: Gamboa hizo todos los cambios y a él no lo llamó. Por ende, no hay que ser muy ducho para entender que no lo tiene como prioridad.

Maxi mantiene el perfil bajo de siempre, pero una de las teorías es que está madurando la decisión de decir adiós en diciembre, con el público en las tribunas. Si había algún porcentaje que la Fiera dejaba para pensar la determinación, esta falta de consideración del entrenador seguramente lo precipitará.

Es que el número 11 está en condiciones físicas para jugar: al menos, en los entrenamientos trabaja a la par de sus compañeros. Y hasta acá sólo jugó 13 minutos en la era Gamboa: es decir, 13 minutos en 13 partidos. Poco para un ídolo como él.

Que hoy Maxi esté por debajo de jugadores como Comba, Sordo, Giani o Panchito González es para el ex jugador de la selección una señal de que no es el referente que el DT desea. Y todo parece indicar que, a menos que la situación cambie abruptamente, el público rojinegro asistirá a los últimos acordes del concierto de Maxi con los botines.