Rosario Central iba enceguecido a buscar el segundo gol ante Banfield. Lo tenía acorralado después de haber logrado el empate. Minutos después, Damián Musto pudo lograrlo con un disparo exquisito con la pierna izquierda, que desató el rugido de las tribunas del Gigante. Y que el propio volante festejó con un llanto desconsolado mientras señalaba el cielo.

Las imágenes de la TV permitieron entender que Musto musitaba "¡Fuiste vos!", al tiempo que caía desplomado presa de la emoción. Y todos, en el estadio y frente a la tele, preguntamos lo mismo: ¿quién fue el destinatario de una dedicatoria tan sentido?

Más tarde, en el vestuario, el propio casildense contó que la persona a quien le dedicó su tanto fue su amigo Francisco, joven de su misma ciudad que falleció en las horas previas al cotejo con el Taladro víctima de una enfermedad terminal.


Francisco tenía una relación muy cercana con Musto, a quien según el propio Damián confesó, le tendió una mano en un momento muy difícil de su vida. Y es imposible no ligar las sensaciones que le generó la noticia de su muerte con todo el lastre que acarrea el 5 canalla por la enfermedad contra la que pelea su esposa, por la que incluso el año pasado estuvo licenciado por algunas jornadas.

Musto es un hombre con mucha ascendencia en el plantel centralista y por eso no sorprendió que todos sus compañeros corrieran a abrazarlo mientras él se lloraba el festejo del segundo gol del equipo. Si bien el triunfo no quedó en casa, este partido ya se transformó en inolvidable para el ex Olimpo. Que batalló con sensaciones encontradas y extrremas y no pudo ni quiso disimularlo.