Leandro Paredes, Lionel Messi, Giovani Lo Celso, Lisandro Martínez, Joaquín Correa (Tucu), Roberto Pereyra, Lucas Ocampos, Javier Pastore, Nicolás Tagliafico, Ángel Di María, Alejandro Gómez (Papu), Nahuel Molina, Lautaro Martínez, Nicolás Otamendi y Emiliano Martínez (Dibu) se juntaron para festejar el cumpleaños del ex volante de Boca y actual del PSG. La mayoría de los integrantes de la selección argentina tuvo una altísima exposición en redes sociales en los últimos días. Algunos por reunirse a festejar aniversarios, con el de Messi como epicentro, y otros por razones del corazón: De Paul con Tini, los rumores, que parecen disparatados, de un vínculo entre Luciana Salazar y Julián Alvarez y otras historias incomprobables, pero cuya difusión genera un gran atractivo periodístico.

A menos de 5 meses del Mundial, la sanidad del grupo parece óptima, aunque algunos se alarmen por ver a futbolistas con copas en sus manos.

La respuesta a esa ridícula sensación es bastante sencilla: están de vacaciones y no son monjes tibetanos ni religiosos de clausura entregados a la oración

Además, la mayoría también entrena mientras le da riendas sueltas a la distracción en los tiempos de relax. 

La sanidad del grupo, del que podrían confirmarse tranquilamente 23 de sus 26 convocados a Qatar, parece intacta y es un muy buen augurio de cara a la recta final del año que tendrá al Mundial como acontecimiento máximo.

No obstante, un grupo armonioso no asegura un resultado deportivo.

En la última semana de junio se cumplieron aniversarios de los títulos mundiales conseguidos en 1978 (44 años) y 1986 (36).

Esos grupos tuvieron encuentros y desencuentros, como cualquier conglomerado de personas convocadas para luchar por un objetivo.

Y conductores diametralmente opuestos. Menotti y Bilardo tienen más similitudes futbolísticas que de gestión.

Y sin embargo, el resultado final fue el mismo. No hay una receta. Hay muchos ejemplos de grupos difíciles de conducir, repletos de caciques, que también fueron campeones.

Es la frase de Riquelme en toda su dimensión: “Para jugar con amigos lo elijo a Viatri pero si es por plata lo elijo a Palermo, el mejor 9 de los últimos 20 años”.

Por supuesto que siempre es mejor tener un grupo armonioso y que todos estén consustanciados con el mismo objetivo. Después, el soberano, o sea el resultado, permite sacar conclusiones para uno u otro lado, pero siempre con el diario del lunes.

Por lo pronto, los integrantes de la selección de Scaloni disfrutan en grupo los últimos días de unas vacaciones que son la previa de un objetivo que Argentina no logra desde hace 36 años.

La buena relación que claramente muestran deberá transferirse a la cancha para que el juego fluya en Qatar.

Una continuidad de lo que pasó en los últimos encuentros de la selección antes de este parate. Ni más ni menos.