Simón Cané es el árbitro rosarino agredido en la final de la Copa de Bronce del torneo de Desarrollo de la Unión de Rugby de Rosario que derivó en una dura posición de los referís, quienes se negaron a dirigir este fin de semana en una suerte de huelga. En contacto con Radio 2, habló sobre los golpes que sufrió, estando incluso desmayado en el suelo; y de la violencia que vive el deporte.

“Ante la trompada que me dieron yo quedé inconsciente. Me contaron que me pegaron una patada en el cuello, me quedaron (marcados) los tapones”, reconstruyó el árbitro, en diálogo con el programa Radiópolis, que conduce Roberto Caferra.

“La saqué medianamente barata, podría haber sido un desastre”, observó. Y opinó que la violencia que se vive en la cancha de juego es reflejo de la violencia de la calle. Ex jugador de rugby –comenzó a practicarlo de niño, y de niño llevó también a su hijo– analizó, por otro lado, que la agresión vivida puede estar relacionada con una iniciación tardía en el deporte.

“Estos jugadores son formados de adultos, no han mamado el deporte en sí. No han transitado el rugby infantil, es lo que yo aprecio”, consideró Cané que contó, además, que nadie del club Roldán Rugby Club –ni el capitán, ni el entrenador, ni mucho menos el jugador agresor– se comunicaron con él tras el episodio, a pedir disculpas o brindar algún tipo de apoyo.