A los jugadores de la selección de Nicaragua no les importó la goleada en contra, el gol de penal que convirtieron sobre la hora, ni el saludo con los futbolistas argentinos que terminaron el partido en la cancha. Cuando el árbitro pitó el final, todos corrieron al banco de suplentes albiceleste, donde Lionel Messi esperaba el final luego de ser sustituido.

Todos querían una foto con el crack rosarino. Y algunos fueron un poco más allá y le pidieron la camiseta, aunque Messi ya estaba con la campera puesta en la fresca noche sanjuanina. Hubo un jugador que sacó su celular –no se sabe dónde lo tenía- para sacarse una selfie con Leo.

En un momento se armó tal remolino en torno al capitán argentino, que la seguridad del evento tuvo que intervenir para organizar un poco la cosa.

En definitiva, todos tuvieron un recuerdo con el mejor jugador del planeta para llevar a su país.