Los dos ataques que sufrió la casa de la abuela de Maximiliano Rodríguez no tuvieron respuesta mediática del futbolista hasta este lunes. El delantero manifestó que "en Rosario se fue todo de las manos" con la violencia y la inseguridad y agregó que él ya se tendría que haber ido del club. "El folclore de esta ciudad era maravilloso, pero acá ya se cruzaron todos los límites", dijo.

En una entrevista publicada este lunes en el diario La Nación, Maxi explicó que tiene amigos que le preguntan qué hace todavía en Newell's debido a los dos ataques que sufrió la casa de su abuela –primero una pintada y luego una balacera–. "Es difícil de explicar el sentimiento que me une con el club. Me tocó vivir momentos muy feos y llegué a plantearme irme a jugar a cualquier lado", disparó.

"Este club es difícil de entender: cada uno busca su beneficio. Esto ya se lo dije al presidente en la cara, nadie me puede reprochar nada. Si vamos a buscar el beneficio para cada uno, estamos muertos. En Newell's, por ejemplo, el área de marketing está peleada con el área de socios... ¡Si esto es Newell's, cómo van a estar peleados los que están ahí adentro! No buscan el crecimiento del club, sino el beneficio personal. Yo, que volví a jugar por la camiseta, veo cómo unos y otros se pelean por dos pesos. Y cuando vos decís las cosas, hay gente a la que no le gusta escucharlas y aparecen las pintadas, que a veces vienen del mismo club. Y eso es lo más grave".

La Fiera también recordó cuando llegó al club junto con Gabriel Heinze, cuando Gerardo Martino era el director técnico. "Hubo un antes y un después. A muchos les molestó que llegáramos y Newell's saliera campeón. El club se hizo mucho más conocido y popular con las vueltas, los logros tuvieron más rebote internacional, y eso despertó celos en otros", añadió.

Consultado por la interna entre socios y dirigentes, Maxi expresó que ya lo advirtió a la comisión pero entiende que "quizá no quieren tomar decisiones porque hay que tocar a sus amigos".

"Perdés un partido y te putean; ¡no lo voy a entender nunca! Yo acá vine a ganar, ¿quién quiere perder? ¡Nadie! ¿Tengo que explicarle a cada uno que yo vine y todavía me quiero quedar, porque sueño con volver a salir campeón? Hoy digo que me quiero retirar con esta camiseta, y a lo mejor después me termino cansando y me quiero ir... o no. Ojalá el tiempo que me quede como futbolista sea en Newell's", sostuvo.

Sobre el próximo clásico que se jugará apenas comenzado el campeonato, el ex jugador del Atlético de Madrid señaló: "Ojalá que no pase nada... todo tiene un límite... Es que yo ya me tendría que haber ido a la mierda. Quieren hacer ruido en el club y lo feo es cuando viene de casa. Te tenés que andar fijando en todos, porque hay gente en el club que no es hincha de Newell's. Están trabajando ahí adentro y son los que te critican. En mi caso, lo más fácil, después de salir campeón, era irme otra vez a jugar afuera. Que se dude de los que volvimos es una falta de respeto".

"Se fue todo de las manos. El folclore de esta ciudad era maravilloso, pero acá ya se cruzaron todos los límites. Este partido es maravilloso, como el River–Boca, pero los hinchas de River y de Boca ya se acostumbraron a vivir el partido siempre, entonces se pueden hacer hasta los clásicos de verano. Acá, prácticamente no se puede jugar ni el partido oficial... Todo se fue potenciando, la prensa tampoco ayudó, las redes sociales disparan rumores todo el tiempo... Pueden decir "Maxi Rodríguez no tiene ganas de entrenar" y repetirlo mil veces. El tipo que lo escucha ya va mal dispuesto a la cancha. Después, el domingo Newell's pierde y el hincha sentencia: Maxi Rodríguez está de joda. Porque convengamos otra cosa: el hincha está confundido, se cree que las alegrías se las tiene que dar el jugador de fútbol, y no es así; las alegrías se la debe dar el país, el gobierno", sentenció.

Tras la balacera al frente de la casa de su abuela, el delantero afirmó que le quisieron poner custodia pero que ni él ni su familiar aceptaron. "Si yo no maté a nadie, no robé, no hice nada... ¿Por qué tengo que estar con custodia? ¿Porque hay muchos tarados dando vueltas?", se preguntó.

El ex jugador del Liverpool también apuntó que en Argentina le "choca la realidad", ya que no se sabe "qué día entrenás a la manaña y cuándo a la tarde porque te cambian sobre la marcha la programación de un partido". "A veces parece que nos gusta nadar en los quilombos", dijo.

A su vez, la Fiera precisó que le "cuesta ir a un parque en Rosario" y a sus hijas les molesta dicha situación. Entiende que no lo puede hacer porque "hay circunstancias" que lo ponen en un lugar distinto. "Trato de estar más resguardado", agregó.

"El fútbol refleja la sociedad. Lo veo en el día a día. Con la inseguridad en las calles, con los cortes de luz... La gente se resigna... ¡No! ¿Por qué hay que aceptar que se corte la luz? No es normal, hay que exigir que todo esté bien. Si vos pagás lo que tenés que pagar. Veo a la gente conformista y eso no me gusta. A los chicos les digo siempre que deben ir por más: si hicieron un gol, en la próxima tienen que hacer dos. Si leyeron un libro, ahora tienen que empezar con otro. Siempre más", remarcó.

Cuando el cronista le preguntó sobre su retiro, el futbolista aseguró que si fuese por él "con la camiseta de Newell's seguiría hasta los 60 años". "No me pongo fecha. Me siento bien físicamente y me divierto en los entrenamientos. A veces espío el futuro y lo corro, lo quiero alejar. Trato de no pensar eso. Cuando me retire me veo ligado a Newell's, pero dependerá de los dirigentes", subrayó