Como Dr. Jekyll y Mr. Hide, Newell’s tuvo dos caras distintas en cada tiempo. En el primero, fue un desastre defensivo y perdía 3 a 0 dando lástima. En el segundo, halló la fórmula para lograr el empate y hasta generó como para ganarlo. Pero también pudo perderlo, de no ser por el penal que atajó Pocrnijc a los 37 minutos del complemento. Fue un partido de locos.

Dos goles de Janson, que se aprovechó de la lentitud de Domínguez y Fernández, y un cabezazo de Godoy le daban el 3-0 lapidario a la formación de Fabián Castr. Mancini logró descontar antes de que se vaya esa etapa inicial, y en un rapto de lucidez Emanuel Insúa e Ignacio Scocco pusieron el 3 a 3 definitivo.

El esquema con el que Osella inició el partido no le rindió, está claro: por eso, en el complemento sacó a Villalba y dejó a Mancini sólo en la mitad. Desde ahí, el equipo fue otro. Ignacio Scocco jugó un gran partido y se transformó en imposible para los defensores locales, tanto como Janson fue para el Coty y el Negro en la primera etapa.

Con este empate, ambos equipos marchan en las últimas colocaciones de la zona 2 con apenas 6 unidades. Newell’s sigue sin ganar en la era Osella y no canta victoria desde aquel 5-0 a Racing. Ahora, a la Lepra se le abre un paréntesis de quince días para lograr estabilizarse y lograr la mejoría. Tigre espera el inicio del ciclo de Pedro Troglio, que estuvo en la cancha.

Los goles



Las razones

Hubo errores por doquier en cada defensa. Y pese a que se vieron seis goles, bien pudo haber habido otros tantos más. Newell's se despertó a tiempo de su siesta, que lo estaba condenando a una goleada dolorosa pero justa, por una defensa que marcaba como un equipo amateur y una ofensiva de Tigre que jugaba con plena confianza.

En el segundo tiempo, Newell's cambió. Pese a sus problemas anímicos, físicos y futbolísticos, logró dar vuelta la historia y eso no es poca cosa. El gol de Mancini fue clave para seguir en carrera. En el complemento, Osella modificó el medio con Formica, Scocco jugó un partido bárbaro y el Matador dejó espacios que la Lepra aprovechó.

Deberá hallar una solidez que no parece tener, Newell's. Abajo es un tembladeral. Pudo caer, de no ser por la gran noche de Pocrnijc, que detuvo un penal. Y tendrá que tratar de parecerse más al del segundo tiempo, voraz, decidido, punzante (hasta pudo ganarlo por la palomita de Formica que pasó cerca). Ahora hay un margen para intentarlo.