Newell’s jugó mal, perdió 2 a 1 con Gimnasia en La Plata por la undécima fecha de la Copa de la Liga Profesional y se despidió definitivamente de sus chances de clasificar a la Fase Final. Encima, dejó una mala imagen a sólo seis días del clásico ante Rosario Central (aunque le queda enfrentar el jueves a Libertad para tratar de cambiar la cara).

Recién tras el descuento de Cingolani, a los 25 minutos del segundo tiempo, la escuadra del Mono se metió en partido y hasta contó con chances (poco nítidas, a puro empuje) para empatar. Antes de eso, la Lepra se mostró como un equipo sin luces para manejar la pelota y que exhibió preocupantes flaquezas defensivas.

Fue una muy floja prestación de todos: los laterales no pudieron pesar en campo rival, Calcaterra y Sforza no lograron reemplazar el manejo de Pablo Pérez y arriba, se extrañó mucho el despliegue de Jonatan Cristaldo: Maxi Rodríguez quedó muy sólo y Alexis Rodríguez fue un concierto de desaciertos. Sólo las corridas de Sordo insinuaron algo de peligro.

Gimnasia, haciendo poco, era más. La figura de Aguerre mantenía el resultado en cero, pero a los 8 minutos del complemento (un minuto después de un peligroso cabezazo de Lema que atajó Rey), el incansable Carbonero hizo un gol poco ortodoxo pero suficiente para empezar a darle forma a la victoria: penetró por la izquierda y el llegar hasta Aguerre se tropezó, pero antes alcanzó a tocar suavemente para el 1-0.

De los ingresados, sólo Cingolani pareció dotar a Newell’s de lo que Burgos buscaba: algo más de dinámica y más peligrosidad ofensiva. Abajo, la defensa seguía temblando: a los 17’, el 1 leproso le tapó un mano a mano a Cocimano; pero a los 17’, el imparable Weigandt desbordó y el rebote derivó para Pérez García, que clavó el segundo con Aguerre tapado.

Parecía imposible para los del Parque resurgir. Cosas del fútbol: se encontró con el descuento cuando menos lo esperaba: a los 25’, Calcaterra le dio un pase de magia a Cingolani, que halló tiempo y espacio para irse sólo ante Rey y definir como maestro. Y ese gol llenó de dudas a Gimnasia (un equipo muy limitado) y envalentonó al elenco ñubelista.

De todos modos, pese al esfuerzo y a haber mudado el partido a campo rival por la inercia del descuento, no encontró ninguna jugada clara como para obtener lo que no hubiera merecido. Al cabo, Gimnasia le ganó bien, le arrebató la condición de invicto y le generó incógnitas de identidad a un equipo que se prepara para jugar el jueves con Libertad por la Copa y el domingo a las 18.40 nada menos que ante Rosario Central.