El sábado, los hinchas de Rosario Central fueron a despedir a su máximo goleador histórico en el Gigante de Arroyito, Marco Ruben. Como no podía ser de otra forma, el delantero convirtió el gol 105 en el arco de la popular sur y el grito de gol fue realmente emocionante. Pero más allá de eso, que fue lo más importante y motivador de la noche en Arroyito, hubo una historia mínima muy emotiva. 

Apenas terminó el partido, en las redes sociales se empezaron a compartir imágenes de la despedida y precisamente del último gol del nueve. En uno de esos, apareció un joven que ingresó al campo de juego en pleno festejo. El afortunado y la envidia de los 45 mil hinchas que estaban en ese momento, es Laureano Casali, el canalla de 21 años que dice "no arrepentirse de nada".

Fue a los ocho minutos del segundo tiempo cuando Ruben convirtió su último gol ante Estudiantes. Entre el grito de gol de sus compañeros y la cancha que explotada, Laureano aprovechó el momento de su vida y saltó a la cancha, arriesgando su físico, para celebrar con Marco, con un abrazo que no olvidará en toda su vida.

Laureano como un jugador más, en el festejo tras el gol de goleador canalla. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)
Laureano como un jugador más en el festejo tras el gol de Marco Ruben. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)

Laureano fue a la cancha con tres amigos. El partido empezaba a las 19. Eran las 17.30 y él estaba en duda sobre ir. Cuando llegaron, pasaron "justo porque la cancha estaba llenísima", confió. Después dirá que fue la mejor decisión que tomó en su vida. 

"Más que un impulso, fue algo que pensé en el entretiempo. Cuando estaban por entrar los jugadores, les dije a mis amigos: 'vamos contra la baranda y si Marco hace un gol, entramos'; como todos le dijieron que no, me fui solo", relató el joven a Rosario3. En ese momento, sus compañeros le sacaron una foto. 

De un lado, Laureano ya solo cuando cruzó hasta la baranda. Del otro, sus amigos.

"Cuando hizo el gol dudé por un momento cuando vi la fosa, pero dije 'ya estoy acá' y salté", contó.

"Los ocho metros que corrí desde que salté la valla, fui gritando 'Te amo Marco' y cuando llegué y lo abrazé, le dije 'Quedate, Marco, quedate" y él me respondió "Gracias" y me abrazó. Solo me arrepiento de no haberle pedido la cinta de capitán", agregó.

El festejo de gol de Laureano, con el Gigante repleto. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)

El deseo de conocer al nueve goleador

Laureano es el joven que se animó a hacer una locura que no suele pasar en el fútbol. Obviamente que quiere ir por más. Ahora su deseo es que Marco le regale su camiseta para enmarcarla con su foto. "Lo quiero conocer", culminó. 

El festejo de gol de Laureano, con el Gigante repleto. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)
El festejo de gol de Laureano, con el Gigante repleto. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)