Newell's no parece cómodo en el mercado de pases. Desde hace ya un par de años. Quizás pueda puntualizarse la salida de Gerardo Martino como el disparador de las continuas complicaciones para concretar operaciones por refuerzos o hasta entrenadores, como aquella cómica novela de dos meses sin DT que acabó con la contratación de Raggio.

Y este receso veraniego no parece salir de ese camino de incomodidades ante la continua, casi sistemática, caída de gestiones y negociaciones entabladas para reforzar el plantel que comanda Lucas Bernardi. En las últimas horas, fueron tres las que se frustraron: José Fuenzalida, Matías Fritzler y Adrián Calello.

El primero está a un paso de firmar por Universidad Católica de Chile; el segundo sellaría su filiación a Huracán, aunque también suena en Boca; el tercero, con su decisión de seguir en Quilmes. Los tres parecían con un pie en el Parque de la Independencia, pero por un motivo u otro eso no se dio.

Pero no son los únicos en la lista: además, el arquero juvenil de Nueva Chicago, Federico Lanzilotta, seguirá su carrera en Argentinos Juniors; y fueron apuntados pero por ahora no son viables sus llegadas Juan Manuel Insaurralde, Esteban Pavez, Germán Conti, Fabián Monzón y Ciro Rius.

Entre las explicaciones que pueden hallarse, aparecen varias. La primera, es que la billetera de Newell's no es hoy lo suficientemente robusta como para competir con los demás, aunque es de suponer que Argentinos Juniors o Huracán, que le birlaron a un par de futbolistas, no son tampoco clubes potentados.

Otra razón puede ser la deportiva, ya que hoy Newell's sólo tiene por delante el torneo nacional, ante otras ofertas como la del Globo, que jugará la Copa Libertadores. Como sea, lo cierto es que a Newell's las gestiones le cuestan el doble y Lucas Bernardi espera ansioso esas buenas noticias que no llegan.