El catarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi protagonizaron un momento histórico en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Tras fallar ambos en el intento de 2,39 metros y quedar igualados en la marca de 2,37 sin un solo fallo anterior, los atletas decidieron rechazar la opción de desempatar y acordaron colgarse los dos la medalla dorada de salto en alto.

Tras el pacto en presencia de una de las autoridades de la prueba, Tamberi le dio un gran abrazo a Barshin y se desplomó de emoción. El oriundo de Civitanova Marche, de 29 años, llegó a los Juegos Olímpicos de Tokio con lo justo, tras superar una dura lesión en uno de sus tobillos. De hecho, en la pista de atletismo mostró el yeso que tuvo puesto durante un tiempo en la zona afectada.

En 2016, Tamberi se había proclamado campeón del Mundo y también de Europa en los campeonatos de atletismo de Portland y Ámsterdam, y apuntaba a ser uno de los vencedores en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Sin embargo, el saltador italiano no pudo asistir a Brasil por una rotura de ligamentos, una lesión que le dejó fuera del campeonato olímpico y de las pistas de atletismo durante mucho tiempo.

Barshim, el mejor saltador de altura desde los tiempos del cubano Javier Sotomayor y dueño de 11 saltos por encima de los 2,40 metros desde 2013, consiguió en Tokio, con 30 años, su primera medalla dorada después de haber sido dos veces campeón del mundo y haber obtenido la plateada en Londres 2012 y Río 2016.

El catarí, segundo en la lista de las mejores marcas de todos los tiempos con 2,43, había superado la rotura de ligamentos en el tobillo que sufrió el 2 de julio de 2018 en el Memorial Gyulai de Szekesfehervar (Hungría), cuando estuvo a punto de batir el récord mundial con el listón, que rozó ligeramente en su primer intento, situado en 2,46. En su tercer intento contra el récord sufrió la lesión que le tuvo casi un año inactivo. Su regresó fue perfecto: en 2019 se proclamó c