Simone Biles regresará para competir en la final de barra de equilibrio pero su salida logró la entrada de la joven Jade Carey, tercera estadounidense en el top de los atletas que pasaban a la final completa y que se quedó fuera al permitir únicamente a dos por país.

Ahora, la estadounidense debutante en Tokio se colgó la medalla de oro (14.366 puntos), imponiéndose a las favoritas, entre ellas la subcampeona olímpica del concurso completo, Rebeca Andrade, que terminó quinta.

Carey, con 21 años, recupera así la posición de Biles, recogiendo el testigo de su compañera después de una final de salto, en la víspera, en la que acabó octava y última: no hizo bien la carrera en su primer intento y sobrepasó el potro sin más. Hubo unos segundos en que pareció a punto de abandonar, pero logró hacer el segundo y comenzó a llorar. 

En cuanto a esta final femenina de suelo, la que se resiste a abandonar la primera fila de la gimnasia internacional, a los 30 años y 15 después de proclamarse campeona mundial, Vanessa Ferrari, (14.200) se hizo con la medalla de plata.