El próximo trimestre sigue siendo deficitario desde el punto de vista hídrico para la mayor parte del país, especialmente sobre la franja este del territorio nacional. En tanto, sobre el margen oeste, las lluvias podrían ser superiores a los parámetros medios.

El resto de la tendencia muestra características que de a poco se van aproximando a los niveles medios para el resto del verano, pero la transición todavía es lenta y progresiva, por lo que aún falta mucho tiempo para que pueda plasmarse en un momento clave de los cultivos.

Las temperaturas seguirán siendo superiores a los parámetros medios en todo el país, salvo una pequeña porción del norte argentino, con niveles levemente inferiores, pero sin dejar de presentar temperaturas muy elevadas en toda la región.

Qué se espera en el corto plazo

En lo inmediato se necesitaban en la región central al menos 25 mm para detener la muerte de plantas por estrés termo hídrico. Esto, sobre todo, en lotes de soja de segunda. En el resto de los cultivos, al menos 25 mm daban chances de superar el mes de enero.

Los ingenieros coinciden en señalar que este evento marcaría un antes y un después en las pérdidas y la condición de los cultivos. El avance de un sistema frontal desde la Patagonia provocó inestabilidad y lluvias y tormentas. El mejor desempeño estuvo sobre el sur de la región pampeana. Algunas localidades del extremo sur de Buenos Aires han recibido valores en torno a los 40 mm (Pigüé y Bordenave). Pero en el 75% de la región núcleo no se superaron siquiera los 5 mm.

Luego, hasta el 18 de enero, los modelos no muestran posibilidades de nuevos eventos significativos hasta el momento. La NOAA hasta el 24 de enero da en sus modelos de acumulados mejores posibilidades de lluvias para el norte y el oeste de Argentina.

El panorama en Sudamérica

La Niña sigue vigente y eso está dejando un claro panorama de déficit hídrico en gran parte de Sudamérica. Sólo el centro y norte de

Brasil se muestra, al igual que el mes anterior, bajo condiciones de lluvia superiores a los niveles medios, pero esto se irá modificando con el paso de los próximos meses ya que el efecto La Niña se irá disipando con el transcurso del verano.

Progresivamente se prevé que los desarrollos de lluvia comiencen a mostrarse más próximos a los parámetros normales, especialmente hacia el final del verano o comienzos del otoño.

Otro aspecto importante a destacar es la temperatura que, dado la importante circulación del viento del norte, incrementa la probabilidad de generar olas de calor, especialmente sobre Paraguay, Uruguay y Argentina.

En los meses de enero y febrero se prevé que el nivel de lluvias comience a emparejarse en toda la región, lo que estaría proporcionado por una mejor distribución de la humedad en la zona, pero siempre teniendo en cuenta que los niveles seguirán siendo deficitarios.