La semana pasada fue de recuperación para los mercados globales, ya que los temores de recesión quedaron atrás y los inversores ahora se preparan para la esperada baja de tasas de la Reserva Federal (Fed), que se haría efectiva el próximo miércoles 18. Esta decisión sería el primer recorte desde julio del año pasado y marcaría el fin del ciclo de ajuste monetario iniciado en marzo de 2022. A pesar de que la economía sigue mostrando signos de crecimiento, con una leve aceleración en el empleo y los precios, los analistas descuentan que la Fed reducirá su tasa de referencia, aunque resta por definir si será de 25 puntos básicos (pb) –la opción más probable– o 50 pb, un escenario que ha ganado fuerza en los últimos días.
En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. cayeron, mientras que las acciones lograron una recuperación tras una semana previa complicada, beneficiadas en parte por las tecnológicas que suelen reaccionar positivamente ante las expectativas de tasas de interés más bajas. A nivel global, el dólar se mantuvo estable, los commodities mostraron señales de recuperación y el oro alcanzó un nuevo récord histórico.
Sin embargo, la inflación continúa siendo una preocupación latente. Aunque la Fed y los mercados confían en que la inflación se está desacelerando hacia los niveles deseados por la política económica, los datos recientes muestran que los precios aún enfrentan resistencias. En agosto, el índice de precios al consumidor (IPC) registró un aumento del 0,2% mensual, lo que deja la inflación interanual en un 2,6%, una caída respecto al 2,9% de julio. A pesar de esta desaceleración, el índice core –que excluye alimentos y energía– subió un 0,3% mensual, superando las expectativas del mercado. Este aumento fue impulsado principalmente por los sectores de vivienda y transporte, lo que podría complicar la dinámica inflacionaria en el corto plazo.
Otro aspecto relevante es el fuerte aumento del déficit fiscal en agosto, debido a un incremento del 385% interanual en el gasto primario, que alcanzó los 606,4 mil millones de dólares (MM). Este salto revirtió las mejoras fiscales observadas previamente en el año, mientras que los ingresos totales del gobierno federal crecieron solo un 8,6% interanual, generando un saldo primario negativo de 300 MM. Este fue el peor resultado fiscal desde marzo del año pasado y se espera que, con un déficit total que ya alcanza el 7,3% del PBI, la deuda pública continúe en aumento, superando los 35,32 billones de dólares.
En el ámbito político, Kamala Harris achicó distancias con Donald Trump tras el primer debate presidencial rumbo a las elecciones de noviembre. Harris logró capitalizar las debilidades de Trump, especialmente en temas económicos, que son la mayor preocupación de los votantes según las encuestas. Trump, por su parte, adoptó una postura más extrema, lo que podría distanciarlo de los votantes moderados, un grupo clave para definir la elección. El próximo debate está programado para el 1 de octubre, aunque Trump ya adelantó que no participará.
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