Ajuste sin inversión no alcanza

El gobierno realiza un ajuste del sector público sin generar confianza, lo que termina impactando en menores expectativas de inversión a futuro. La baja del déficit es una condición necesaria pero no suficiente, necesitamos un plan y mucha confianza.  
 

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El gobierno realiza un ajuste del sector público sin generar confianza, lo que termina impactando en menores expectativas de inversión a futuro. La baja del déficit es una condición necesaria pero no suficiente, necesitamos un plan y mucha confianza.  

Las cuentas nacionales muestran que los ingresos medidos en dólares de los últimos 12 meses crecieron el 30,1% y el gasto subió el 12,8% anual, por lo tanto, el resultado primario mostró una caída del 40,6% anual.

Los pagos de los intereses de la Tesorería cayeron el 20,8% anual, producto de la exitosa reestructuración de la deuda soberana, que permite pagar menos intereses, pero endeudarnos para financiar en forma genuina el gasto público.

El resultado financiero es negativo en U$S 17.887 millones, lo que muestra una baja del 34,7% anual, que representaría en términos nominales casi U$S 10.000 millones oficiales. Es un ajuste muy importante.

Como el gobierno se financia con la emisión monetaria, que luego el propio Banco Central la absorbe, los intereses que paga el ente monetario suman U$S 13.089 millones, con una suba del 31,7%.

El déficit total de la Tesorería más el Banco Central sumaría unos U$S 30.976 millones, una cifra que representaría el 7,8% del PBI.
 


Argentina necesitaría revertir en un breve período de tiempo el resultado fiscal primario, o bien financiarlo en forma genuina. Imprimir pesos para financiar la brecha fiscal es una pésima noticia, porque dicha emisión termina en un pasivo que descapitaliza al Banco Central.

El patrimonio neto del Banco Central sumaba U$S 13.637 millones en el año 2015, pasó a U$S 33.416 millones a diciembre del año 2019, y al 15 de noviembre del año 2021 se ubica en U$S 6.786 millones.

Claramente el gobierno de Mauricio Macri privilegió el valor de la moneda, tratando de no descapitalizar al Banco Central. Durante su gestión el dólar pasó de $ 9,68 a $ 59,86, la devaluación de la moneda fue del 518,4%.

Alberto Fernandez asumió con un dólar en $ 59,86 y hoy se ubica en $ 100,68, lo que implica una devaluación del 68,2%.

Bajo el mandato de Mauricio Macri el dólar blue pasó de $ 15,10 a $ 72,00, lo que implicó una suba del 377%.

Bajo el mandato de Alberto Fernandez el dólar blue pasó de $ 72 a $ 203, lo que implicó una suba del 182%.

Si bien tomar dos años de la actual administración con la pandemia mediante, no es comparable con los cuatro años de Mauricio Macri, parecería que el gobierno actual está poniendo empeño en mostrar que sus números podrían ser mucho peor.

Siempre que llovió, paró

El gobierno se encuentra frente a una oportunidad única, firmar un acuerdo con el FMI y despejar los vencimientos de deuda hasta el año 2025, con pagos muy altos a partir del año 2028. Este oxigeno que nos daría el mercado de aproximadamente 6 años con pagos manejables deberían servir para diseñar un plan económico exitoso que nos permita a futuro repagar la deuda y ser sujeto de crédito.

Si no nos ponemos a trabajar en un plan de desarrollo sustentable, probablemente el país deberá volver a realizar una nueva reestructuración de la deuda pública.

El contexto mundial no es malo para Argentina, la inflación que se nota en el mundo podría licuar el stock de deuda argentina, ya que los cupones de pago de nuestra deuda son muy bajos. Por otra parte, es cada vez más cierta la posibilidad de una fuerte suba de las materias primas agrícolas, dado un escenario de costos en suba, que terminarán afectando a las producciones futuras, lo que impactará en una menor oferta que, cuando se encuentre con una demanda constante, hará que los precios de la carne, soja, maíz y trigo tengan un ajuste en precio muy importante.

La suba de los productos que exportamos debería impulsar a nuestro PBI y, de esta forma, mostrar una mejora sustancial en el ratio deuda/PBI, lo que debería mejorar nuestro perfil de financiamiento.

Argentina necesita equilibrio fiscal, un plan de desarrollo económico sustentable y mucha confianza. Mientras el gobierno baje el déficit, no tenga plan y carezca de confianza, los esfuerzos realizados caerán en saco roto.

Argentina necesita imperiosamente un cambio de rumbo, el gobierno podría realizarlo si toma nota de los errores cometidos, acuerda con el FMI, corrige el déficit fiscal, deja de emitir moneda, atrae inversiones y vuelve a los mercados de crédito.

Si nada de esto ocurre, la presidencia de Alberto Fernandez podría igualar o superar el nivel de inflación y devaluación de la presidencia de Mauricio Macri. La pandemia le está dando al gobierno actual mucha tolerancia, si la sigue gastando sin mostrar resultados, las mediciones de inflación y devaluación podrían ser mucho peores que las que vivimos bajo el mandato anterior, algo que sería letal para la actividad económica, el empleo y el escenario social. 

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