Las comisiones de Gobierno y Planeamiento dieron despacho sin cambios a tres de las cuatro propuestas del municipio para revitalizar el centro, las cuales podrían ser aprobadas este miércoles. En líneas generales, se ofrecen incentivos a los constructores para hacer viviendas, permitiendo más altura y quitan la obligatoriedad de hacer cocheras. Sin embargo en la reunión surgió el debate sobre dónde irán a parar los autos de los futuros habitantes de la zona que se buscan atraer. Encima, el cuarto proyecto, todavía pendiente de discusión, plantea reconvertir playas de estacionamiento en edificios.

Este martes se llevó adelante la tercera reunión conjunta de las mencionadas comisiones para analizar este paquete de normas impulsado por el Ejecutivo, que incluyen nuevos aspectos normativos para las peatonales Córdoba y San Martín, el Plan Especial Calle San Juan y las alturas máximas para el corredor Maipú, desde avenida Pellegrini a calle Urquiza. Y si bien el oficialismo consiguió el aval de todo lo propuesto, lejos estuvo de haber consenso porque se rechazaron todas y cada una de las modificaciones de la oposición.

Lo primero en ser descartado fue el “Procrear municipal” sugerido por Mariana Magnani para facilitar créditos hipotecarios a futuros compradores. La idea era armar un fondo con las compensaciones cobradas a las constructoras para hacer más pisos, pero el concejal Fabrizio Fiatti, la voz de Pablo Javkin en el Palacio Vasallo, respondió que “no hay margen económico”. También se rechazó la promoción de viviendas con facilidades para alquilar, y la apertura de una discusión sobre qué hacer con las áreas de reserva.

Una pregunta que quedó sin respuesta fue la de la edila Fernanda Gigliani, respecto a dónde irán a parar los autos en el área central. Y es que, entre otros puntos, para incentivar a constructores a invertir en la zona (con uno de los valores por metro cuadrado más altos de la ciudad), se los desobligará a realizar cocheras. El fundamento es que hay muchas en la zona que están subutilizadas, por lo que no resulta económicamente viable hacerlas en nuevos edificios, ya que su costo se termina prorrateando con el de los departamentos, encareciéndolos.

Además, lo que se busca promover es la llegada de jóvenes, que son más demandantes de unidades de una, y como máximo dos habitaciones, pero no tanto de cocheras, según la óptica municipal y de un sector de la oposición. Y cuando esta población crezca y tenga familia y tal vez un auto, ¿deberá mudarse? Otro problema que ven del otro lado es que si bien puede que hoy la oferta de lugares de estacionamiento sea abundante, ¿lo seguirá siendo si efectivamente se logra que más gente vaya a vivir al área central? Además, con el valor que tiene el m2 en la zona, no cualquiera podrá adquirir un inmueble allí, por lo que quien tenga espalda para hacerlo, posiblemente cuente con capital para disponer de un coche.

El municipio se cubre normativamente porque no es que prohíbe hacer cocheras, en todo caso quita la obligación de hacerlas, aunque también establece –en el caso de los planes especiales de San Juan y Maipú- enviarlas a la parte interior de los lotes. Además, en planta baja se busca excluir el destino de vivienda para generar locales comerciales. “Sobre peatonales se prioriza el peatón y se prevé generar alturas y terrazas que permitan otras perspectivas del entorno urbano”, se justificó.

¿Y las playas de estacionamiento?

El cuarto mensaje del Ejecutivo, que todavía debe ser analizado por los ediles, se titula “Sistema de promoción para la reconversión del uso de playas de estacionamiento”, y abarca la zona de Urquiza, Mendoza, Paraguay y Laprida. La idea es que aquellos dueños de estos grandes espacios (como mínimo de mil metros cuadrados) puedan hacer acuerdos con el municipio para avanzar en la construcción de edificios y en la oferta de espacio público, que promuevan la circulación peatonal y las actividades comerciales. Es decir que de prosperar la idea, también se podrían achicar por este lado las plazas para estacionar el vehículo.

Desde hace tiempo las distintas gestiones municipales intentan desincentivar la circulación de los autos por el centro, priorizando la recorrida peatonal y el uso del transporte público. El problema es que este último lejos está de funcionar de manera eficiente, y la circulación a pie puede resultar un bumeran para comerciantes: por un lado crea un paseo exitoso, tal como lo demostró La Noche de las Peatonales, pero por el otro, desincentiva la llegada de visitantes de otras zonas de la ciudad, que en cambio encuentran en los grandes shoppings la posibilidad de dejar el auto de manera gratuita.