Cada vez más marcas cambian envases para escapar a controles de precios

Empresas de galletitas, aceites y lácteos buscan engañar al consumidor con diferencias mínimas en sus empaques, pero con incrementos de hasta 50%. Qué dicen los comerciantes

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Un paquete dice “Surtido Bagley”, predomina el tradicional color amarillo de fondo, con imágenes de las galletitas más reconocidas en el frente y trae 400 gramos. El otro también dice “Surtido Bagley”, también es amarillo y tiene las galletitas en el frente, pero son algo más grandes, agrega un pequeño sticker que con el rótulo “A todo Bagley” y trae 390 gramos. Pese a estar en la misma góndola y constituir un producto casi idéntico, el primero cuesta $107,10, mientras que el segundo sale $144,23.

Ecos365

Las fotos que acompañan este artículo fueron tomadas de la sucursal de 3 de Febrero y Presidente Roca del supermercado Coto, aunque pueden hallarse en la mayoría de las cadenas con presencia en Rosario. Lejos de tratarse de un hecho aislado, casos como este se repiten con múltiples productos, e incluso referentes del comercio local advierten que esto ocurre cada vez con más frecuencia, pese a las imputaciones y multas a los fabricantes anunciadas por el Gobierno por esta práctica ilegal.

Y es que una cosa es achicar el envase para mantener el precio, algo a lo que nos hemos acostumbrado en este país en el que históricamente reinó la inflación. Pero otra muy distinta es intentar confundir al consumidor ofreciendo productos idénticos o con diferencias casi imperceptibles a valores muy diferentes. “Notamos que se vienen produciendo modificaciones en el packaging y formato de productos que solían estar incluidos en los programas de Precios Cuidados o Precios Máximos”, confirmó el Juan Manuel López Raido, vocero de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario (CAS).

Diferencias de precio de hasta 50%

“Como a las empresas ya no les daba el margen de ganancia deseado al autorizarse aumentos por debajo de lo pretendido, cambiaron el formato para salir de la codificación de la nómina que tenían bajo la órbita del programa oficial, y comenzaron a presentarse en las góndolas bajo otro aspecto y un precio muy diferente”, agregó en diálogo con Ecos365. En este caso, la diferencia entre ambos surtidos de galletitas orilla el 35%, pero se han detectado variaciones de más del 50%, por ejemplo en paquetes de Pepitos producidos por Mondelez que tenían un gramo de diferencia.

Por otro lado, hubo notorias divergencias en paquetes de galletitas de Sonrisas, otra vez de Bagley, que tenían diez gramos de diferencia y 30% de variación de precio, y en palitos salados Pehuamar, de Pepsico, con seis gramos más y 15% más caros. La Secretaría de Comercio Interior de la Nación ya había intervenido imputando a estas empresas que se exponen a recibir multas de hasta $550 millones.

Aumentos sin fin

“Se trata claramente de una tensión que se genera entre la industria y la Secretaria de Comercio en el marco de programas de subsidios, donde en algún momento estos productos estaban con un determinado precio en los programas, y al no convalidarse las subas pretendidas, la industria se cortó sola para salir de ese encuadre”, indicó López Raido.

Por su parte, Juan Milito, de la Unión de Almaceneros, dijo que la mayoría de estas prácticas se observan en productos alimenticios (aunque también hubo casos en artículos de limpieza), sobre todo los derivados de la harina, aceites y lácteos. “Nos llegó un queso de rallar con un gramo menos y entre 10 y 20 puntos más caro. En los aceites pasa siempre, y ahora también lo detectamos en la yerba, donde le agregan 'Suave' o alguna otra palabra al paquete y te ponen una suba abismal”, manifestó.

Resaltó que cada vez que se dan estos episodios realizan la denuncia correspondiente ante el Ministerio de Producción, que interviene a través de una constatación y aplicando sanciones, de corresponder. Sin embargo esta maniobra de alimenticias se generalizó tanto que ya es imposible estar detrás de cada caso en particular. “Estamos sufriendo una remarcación de precios descomunal. Primero le echaban la culpa al dólar, pero como está quieto desde hace tiempo, ahora la excusa es la suba de la nafta. Sin embargo el combustible aumentó 35% y hay artículos que superan largamente esa cifra”, cerró.

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