Canasta básica de junio: una familia tipo necesitó $66.488 para no ser pobre

En el primer semestre la Canasta Básica Total (CBT), que determina la línea de pobreza, se encareció 3,2%, trepando 22,7%, por debajo de la inflación general. Sin embargo, la Canasta Alimentaria (CBA), que marca la línea de indigencia, ascendió 25,3%

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El costo de la Canasta Básica Total (CBT), que determina la línea de pobreza, se aceleró un 3,2% en junio según informó el INDEC este jueves. De esta manera, una familia "tipo" de dos adultos y dos niños necesitó $66.488 para no ser considerada pobre. La CBT aumentó más que en mayo, cuando había subido 2,4%. Asimismo, el incremento durante el sexto mes del año fue idéntico al que arrojó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.

Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca la línea de indigencia, subió 3,6%, por encima del aumento de los precios a nivel general. Lo que significa que una familia "tipo" requirió $28.414 para no ser considerada indigente. Sin embargo, actualmente el Salario Mínimo Vital y Móvil es de $27.216, inferior al costo de la CBA para una familia. Paralelamente, si los dos adultos de la familia ganan ese monto, no llegan a cubrir el costo de la CBT.

En términos interanuales, el valor de la canasta total registró un alza del 51,8% mientras que el de la alimentaria se disparó 57,6%. En el mismo período, el IPC exhibió un aumento del 50,2%.Mientras tanto, en el primer semestre de 2021 la inflación fue del 25,3%, mismo avance que el arrojado por la CBA. La CBT creció en una menor cuantía, un 22,7%.

Hay que recordar que la Canasta Básica Total no contempla, por ejemplo, el costo de un alquiler. Según datos del INDEC, casi el 20% de los habitantes del país son inquilinos mientras que en la Ciudad de Buenos Aires ese número es superior al 35% según relevamiento de 2018.

Según lo informado por el INDEC la semana pasada, los precios subieron en promedio un 3,2% en junio. Si bien la cifra mensual de junio fue la más baja desde octubre del año pasado, apenas se desaceleró 0,1 puntos porcentuales respecto de mayo y esto se debió fundamentalmente a factores estacionales y una menor suba en precios regulados por el Gobierno.

Los precios en Alimentos y bebidas, la división de mayor incidencia en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), tuvieron una leve aceleración (3,2% vs 3,1% en mayo). Al interior de este segmento se verificaron mayores subas en casi todos los productos, parcialmente compensadas por bajas en frutas y verduras.

Entre los alimentos que más subieron se encontraron bienes de primera necesidad como carnes, lácteos y panes, lo cual de mantenerse podría seguir impactando de manera negativa en el salario real, que ya acumula tres años consecutivos con caídas.

En este marco, el Gobierno ya aseguró que pretende que el salario real cierre el año con una recuperación luego de los constantes golpes recibidos desde 2018. Es por eso que desde el Ministerio de Trabajo están incentivando la reapertura de paritarias, que ya comenzaron a arrojar acuerdos en el 45%.

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