Con talleres parados por baja demanda, peligra la ropa de la próxima temporada

Muchos comerciantes se quedaron sin capital para reinvertir y sólo piensan en pasar el invierno. Pero los que apuntan a segmentos low cost, tienen otro panorama. Los casos de Spy, Sol Mujer, Othilia y Calzados Blanco

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Hace un mes, Ecos365 dio cuenta de las razones por las cuales la ropa está tan cara y falta stock. El combo de trabas a las importaciones, fuerte suba de los insumos y de costos fijos, y falta de financiamiento configuran un cuadro de situación sumamente complejo, que se traduce en pocas ventas y casi nula rentabilidad. Pero la crisis del sector textil podría agravarse en los próximos meses, ya que ante el muy bajo nivel de capitalización de los empresarios, y escasas perspectivas recuperación del mercado, son pocos los que están diagramando la nueva temporada y muchos los talleres cerrados. Sin embargo, los que apuestan a los segmentos medio y low cost tienen otro panorama.

Talleres parados

“Con locales cerrados, las ventas son casi nulas porque el take away en nuestro rubro no funciona”, se sinceró Jorge Sauan, al frente de Spy. “Los primeros meses del año hubo cierta recuperación, pero con esta segunda cuarentena se paró todo y lo que está faltando ahora es público”, agregó en diálogo con Ecos365. Aseveró que es tal la crisis que los empresarios no están planeando más allá del día a día. “Ahora deberíamos estar produciendo el final del invierno y arrancando con la temporada primavera – verano, pero nadie está pensando en eso, y lo que se busca es terminar de vender cosas que quedaron del año pasado”, agregó.

Francisco Carranza, de Sol Mujer, convalidó estas declaraciones. “Los talleres deberían estar con la reposición de invierno y diagramando verano, pero seguro que están parados. Después de más de un año de pandemia, ¿quién tiene capital para poder afrontar una inversión ahora y poder vender y cobrar recién en octubre?”, se preguntó y añadió: “Lo poco que le quedó a cada uno lo usa para pagar alguna mano de obra para hilar, pagar salarios con ayuda del Repro, quienes lo pudieron gestionar, y no atrasarte con alquiler e impuestos”.

Sol Mujer
Sol Mujer

En este sentido, marcó una diferencia sustancial con el 2020, ya que en aquel entonces se contaba con algún ahorro o respaldo que fue desapareciendo. “Por ahí alguno tenía dólares o materia prima acumulada y con eso pudo pasar el año, pero hoy eso ya no está, la pandemia sigue, no vemos que vaya a terminar pronto y el cuadro se agrava”, detalló. Descartó que actualmente haya escasez de prendas, sino que lo que falta es demanda. “¿Quién va a comprar ahora un abrigo, si no se puede salir a ningún lado y ni siquiera está haciendo mucho frío?”, resaltó.

Cambios en la demanda

Sí reconoció que podrá haber faltante si el consumo repunta, sobre todo considerando la falta de inversión. “La nueva producción se está dilatando, probablemente no sea grande, pero sí más ajustada a la demanda”, señaló y resaltó los cambios de diseño que se vienen dando desde el año pasado. “La ropa de la calle se adaptó a la nueva realidad, se usa una moda oversize, de ropa grande, propia de la comodidad de la casa, del estilo buzo, jogging, camisas largas”, dijo.

Othilia
Othilia

“Con la experiencia del año pasado, nosotros adaptamos la producción propia de invierno a la perspectiva de una baja demanda, por lo que fue mucho menor que la de 2019”, comenzó indicando Brian Zabala de Othilia, que si bien registró una baja en las ventas como todas las marcas, logró sostener mejor que otras por apostar a un público popular y juvenil, que compra barato y sabe manejarse con el comercio electrónico, sin necesidad de recurrir al local. Este escenario, sumado a la fuerte inserción comercial y territorial que habían conseguido años atrás, y la independencia de terceros para hacerse de la mercadería, les otorgó la espalda suficiente para poder proyectar.

“Directamente decidimos enfocarnos y trabajar mucho para apostar por la temporada primavera – verano, que es nuestro fuerte. La idea es apostar por modelos exclusivos, ir por más calidad, siempre manteniéndonos en el segmento low cost”, apuntó Zabala, que reconoció haber recibido a muchos clientes que hasta el año pasado compraban marcas de un escalón superior, pero que ante la crisis, debieron bajar pretensiones.

Segmento en levantada

Matías Blanco, de Calzados Blanco
Matías Blanco, de Calzados Blanco

Calzados Blanco, la pyme rosarina de artículos deportivos que tiene la licencia de Diadora y la marca propia Athix, también logró sacar provecho de la crisis. "Después de los inconvenientes que trajo la pandemia, vemos que el segmento en el que nosotros trabajamos, que es el de precio medio, se está comenzando a recuperar", dijo su director Matías Blanco. Por caso, una zapatilla Diadora como las que venden alcanza los $7.000 y una Athix los $5.500, mientras que una Adidas o Nike cuestan como mínimo el doble, por lo que ve un gran margen de crecimiento para su segmento.

Es que además el empresario consideró que el mercado de calzado deportivo está "bastante saneado" y demandado debido al actual contexto de pandemia que, por un lado, llevó a la mayoría de las personas a pasar más tiempo en casa, y, por el otro, a la revalorización de hacer actividad física por cuestiones de salud. En concreto, a partir de la gran demanda, Calzados Blanco acaba de cerrar un acuerdo con Bicontinentar Footwear Technologies, una de las plantas más grandes del país, con la que prevé llevar el volumen de producción actual de 800 mil pares a 1,3 millones de pares por año. En este caso, lejos de parar, los talleres están a full.

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