El Gobierno quiere aplicar un sistema progresivo de alícuotas del Impuesto a las Ganancias para las empresas que oscilará entre el 25% y el 35%, con una distribución de dividendos del 7%. El objetivo es que la carga más pesada recaiga sobre las grandes empresas y se alivie la situación para las pymes.
El proyecto, enviado al Congreso, indica que este esquema “permite reducir el impuesto que pagarán las pequeñas empresas y mantenerlo para las medianas. Solo se aumenta para empresas más grandes”.
Cabe recordar que durante el gobierno de Mauricio Macri se había impulsado una rebaja de la tasa que se le cobraba a las Sociedades de Capital y a los dividendos, la cual fue suspendida en el 2020. Pese a que inicialmente Alberto Fernández iba a mantener en suspenso esta rebaja y una alícuota del 30%, ahora avanzó en la promoción de una ley para modificar el Impuesto a las Ganancias.
"Por ello, resulta oportuno introducir modificaciones permanentes a la tasa de sociedades en el Impuesto a las Ganancias, pero con un nuevo esquema innovador en la historia del sistema tributario argentino que establezca un tratamiento diferencial en beneficio de las sociedades de menor tamaño o que, por alguna circunstancia obtenga bajas rentas en un determinado período fiscal", indicaron desde el Ejecutivo.
Pasando en limpio, pagarán un 25% las sociedades de Capital con una ganancia de $1.300.000, un 30% de tasa aquellas que tengan una ganancia hasta $2.600.000. Y un tercer tramo para sociedades con ganancias anuales superiores a $2.600.000 que pasarán a pagar una alícuota de 35%. La distribución de los dividendos pagarán en todos los casos la alícuota del (7%), a través del impuesto cedular vigente. Cuando las grandes compañías giren dividendos al exterior, la tasa llegará casi a 40%.
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