Pronósticos de economistas sobre el dólar después de las elecciones 14 N

Diez economistas de distintas vertientes políticas trazan sus pronósticos respecto al futuro de la divisa norteamericana y las medidas que se podrían venir

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Más tensión con el dólar, desdoblamiento cambiario, más presión sobre productores agropecuarios, apuro por acordar con el FMI son algunas de las versiones económicas que circulan pensando en el día después de las elecciones generales.

A continuación, la visión que tienen diez economistas de distintas vertientes político-ideológicas sobre el 15 N y sobre todo, el impacto que generará sobre la divisa norteamericana.

Martín Guzmán (ministro de Economía de la Nación)

Pese a la venta de dólares de los últimos meses, el Banco Central no ha perdido reservas, de hecho, las ha acumulado.  El año pasado, cuando la brecha cambiaria llegó a ser del 150%, había muchas voces diciendo que iba a haber un enorme salto devaluatorio. No sucedió. Nosotros tenemos la posibilidad de dar continuidad a la política cambiaria, y no tenemos ninguna duda al respecto.

Nos han dejado deudas insostenibles que significan menos empleo y más inflación. Una parte del problema, con los acreedores privados, lo atacamos en 2020. Ahora nos queda resolver la parte con el FMI. En un contexto electoral, hay quien quiere generar un ambiente de ansiedad, pero la única verdad es la realidad, y la realidad es que tenemos condiciones para sostener el camino que iniciamos y lo vamos a hacer.

Este año es de progreso para Argentina, sobre todo en comparación con 2020. Pero es necesario que todos los factores de poder del país apoyen la estrategia y la propuesta de negociación para que tengamos condiciones que no ahoguen las posibilidades de darle continuidad al proceso virtuoso de recuperación económica de hoy.

Carlos Melconian

La política económica general de este Gobierno ha llegado hasta acá porque recoge lo que sembró. En este contexto, el Rodrigazo, que es una mega devaluación, tarifazo, y consecuentes demandas salariales, es una posibilidad. Si hacen las cosas como deben ser, puede que no ocurra. Pero van a tener que transitar los dos años que quedan con una alta inflación que les ayude a licuar la crisis. Es un escenario que los lleva a la inexorable derrota. Es el sapo que se tiene que tragar el oficialismo después de las elecciones.

El lunes hay que ponerse a pensar cómo resolver esto en 2023, porque antes no se va a resolver. Hay una única alternativa para transitar sin vuelcos cuando no tenés un plan económico ni de estabilización, y encima la pandemia te complicó las cosas. Tenés que hacerte socio de una alta pero estable tasa de inflación, porque te ayuda a transitar licuando, y también hay que acordar con el FMI. Ese acuerdo es necesario para no desemprolijarse más, no entrar en un proceso de atraso, y transitar con determinada normalidad y marco los próximos dos años. En resumen, hay que pasar los dos años que siguen a galleta y mate, con una alta inflación, para evitarte el arroz con pollo, que sería el Rodrigazo.

Salvador Di Stéfano

La altura del río permite la salida de barcos, lo que en condiciones normales, esto debería mejorar el pago al productor. En soja los exportadores están convalidando precios por encima de la capacidad de pago. No ocurre lo mismo en trigo y maíz en donde el gobierno interviene embarrando la cancha y no permite exportar libremente. Otro avance sobre la ganancia del productor, que pierde precio por retenciones, brecha del 100% e intervención del Estado en los registros de exportación. ¿Harán algo más después de las elecciones para perjudicar al campo? En el gobierno sueñan que en diciembre ingresarán U$S3.000 millones de la exportación del trigo, me parece que tienen un error de diagnóstico.

El lunes el mercado cambiario seguirá con faltante de dólares, y el mercado con escasez de mercadería, por tanto la inflación seguirá alta y el dólar Blue a la suba. Nada puede cambiar después del 14 de noviembre si no hay un cambio de gabinete, a Guzmán el mercado le picó el boleto. Mientras tanto, el acuerdo con el FMI está más lejos que nunca, los funcionarios están remisos a firmar sin garantías de transparencia y acuerdo con la oposición. A no olvidar que los que firmaron el anterior acuerdo fueron denunciados penalmente, los nuevos se van a curar en salud.

Gabriel Rubinstein (GRA Consultora)

La situación de reservas del Banco Central podríamos catalogarla como muy "crítica". Las autoridades gubernamentales tratan de minimizar el tema, pero continuamente buscan cerrar más las clavijas del cepo, dado la seriedad de la situación.

En números redondos, de cuarenta mil millones que son las reservas brutas, veinte es un contrato con China llamado swap que no se puede activar si no hay acuerdo con el FMI, con lo cual no están. Hay unas diez mil millones que son contrapartidas de encajes, es decir plata de los bancos. Por ejemplo, si un cliente va al banco y deposita unos mil dólares, seiscientos van al Banco Central y cuatrocientos se prestan a un exportador, con lo cual esos seiscientos que van al Central no son suyos. Eso habría que restarlo de las reservas.

Lo que se llaman reservas netas, de acuerdo a la definición del FMI y el Banco Central, son unos cinco mil millones. Pero más o menos seis mil millones de esas son derechos especiales para pagarle al Fondo y en lingotes de oro que no se pueden usar. Con lo cual, las reservas netas líquidas en estos momentos son negativas en un orden de los mil millones de dólares. La situación es muy crítica y por eso vemos todo el tiempo restricciones, problemas con importaciones, una especie de persecución a los operadores porque la situación no es para nada holgada. Sin atacar los problemas de fondo, la situación se agravará día a día.

Fernando Marull (FMyA)

El dólar oficial empieza a subir ya el mismo lunes, pero será gradual, sin salto ni desdoblamiento, con el Banco Central interviniendo menos diariamente, mientras que al blue lo veo descomprimiendo un poquito. Después del lunes, el Gobierno tiene dar señales sobre el acuerdo con FMI, qué hará con las tarifas, se va a tener que ordenar porque si no, no pasa el verano, las reservas netas aguantan hasta marzo, antes del 22 de marzo que hay un vencimiento tiene que tener un acuerdo.

Claudio Caprarulo (Analytica)

El mercado descuenta que no es sostenible el ritmo de perdida de reservas y nivel de intervención del BCRA. Y algo tenía que hacer, o ajustaba por precio aumentando el nivel de depreciación del peso, o por cantidad profundizando el cepo. En medio de la campaña electoral, optó por la segunda opción, aumentando el cepo. Pero la brecha seguirá en ascenso debido al excedente de pesos y a que no hay condiciones para una reducción de los dólares paralelos. Para eso tiene que haber un aumento considerable en la oferta de dólares y que el Gobierno logre modificar las expectativas respecto a una devaluación de shock. Acordar con el FMI un programa sostenible y gradual puede ayudar para ordenar la macro, y a partir de ahí, el acuerdo de precios puede ser más efectivo y no agravar los problemas.

Alejandro Vanoli (Synthesis)

El Gobierno tiene con qué manejar el oficial. Seguramente va a tener que aumentar el ritmo de devaluación y tiene herramientas para controlarlo. Sin embargo, el problema es la brecha, ya que para bajarla hace falta restaurar la credibilidad y, para ello, es necesario presentar un plan económico de corto y mediano plazo. Eso permitiría cambiar las expectativas de devaluación. En parte, porque esas expectativas se han instalado de forma mediática pero también por el clima económico que se fue creando. Respecto a la posibilidad de que se aplique alguna reducción en el dólar turista, podría ser una alternativa para abaratar la compra, aunque eso debería hacerse en el marco de un plan más amplio.

Hernán Letcher (CEPA)

La situación actual no difiere respecto de la del año pasado, cuando también se había presionado por una devaluación que el Gobierno finalmente no convalidó. Hoy tenés una curva en los dólares alternativos similar, con la diferencia de que hoy se está en mejores condiciones. En el transcurso de este año, el Banco Central compró dólares y la balanza comercial es superavitaria, por lo cual no hay condiciones para una devaluación abrupta. El stock bruto de reservas pasó de u$s39.501 millones en enero a u$s42.790 millones esta semana. Por eso más allá del interés que puedan tener algunos sectores particulares, tanto el año pasado como en este momento, de buscan forzar un salto del tipo de cambio que los beneficie económicamente, las condiciones no están dadas para un ajuste abrupto.

Alfredo Zaiat

La brecha cambiaria seguirá estando presente mientras haya faltante de dólares y, por lo tanto, sea necesario el control de cambio. Quienes postulan que una fuerte devaluación permitirá achicar esa diferencia acercando el tipo de cambio oficial a los paralelos están engañando a la gente por las condiciones estructurales existentes. En realidad, una devaluación sólo elevará la nominalidad de las cotizaciones con elevadísimos costos socioeconómicos por el fogonazo inflacionario provocado por el ajuste cambiario. Con una tasa de inflación del 50 por ciento anual, el riesgo de un salto brusco del tipo de cambio derivaría en que el actual nivel de precios sería todavía más elevado.

Se sabe que de ese modo se provocará un daño macroeconómico porque la devaluación tendrá efectos recesivos, interrumpiendo la recuperación pospandemia. Se convalidaría además una estafa porque se demostrará fallida la oferta de reducir la brecha con una devaluación, y se reafirmarían los rasgos bimonetarios de la economía. Esto último es un peligro que no se debe minimizar porque la estación final de ese proceso es la lisa y llana dolarización (eliminación de la moneda nacional), sueño húmedo de la ortodoxia extrema.

Orlando Ferreres

Frente a una devaluación mensual por debajo de los índices de inflación, cierta pérdida de reservas, brecha alta entre el dólar libre y el oficial, es posible que haya una devaluación importante después de las elecciones, pero no espero que se llegue a una “megadevaluación”, sino a correcciones mensuales importantes, que van a significar un nuevo arrastre de la inflación de cada mes. Estas devaluaciones podrían ser de hasta 5% a 6% por mes entre diciembre y los primeros meses de 2022, para después normalizarse. Aunque la inflación del año que viene sería similar a la de este año, alrededor del 50% anual.

La economía de los próximos 2 años será muy difícil, por el mal momento que estamos atravesando actualmente y la falta de perspectiva para el país que va tomando el gobierno en las diferentes medidas aplicadas, que van en realidad en contra de lo que un economista acostumbrado a prever la realidad puede establecer. Eso no significa que vamos a encontrarnos con una maxidevaluación e hiperinflación, pero si con 2 años de brechas cambiarias elevadas, con inflación alta, con crecimiento económico bajo y con salarios reales que no van a crecer mayormente. En realidad, el salario real depende de la productividad del trabajo y esta está estancada desde 2004 hasta ahora con sus oscilaciones circunstanciales. Para que la productividad crezca no hay más remedio que invertir mucho y eso es lo que no está ocurriendo.

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