El pedido de regular la apertura de bares abrió una grieta entre los gastronómicos

Mientras algunos empresarios históricos reclaman "regular y jerarquizar" la actividad por la crisis, referentes de Pichincha consideran que una medida así sería muy perjudicial

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La emergencia sanitaria, que puso en jaque al negocio gastronómico, provocó cierres por doquier en Rosario y muchos cambios de mano, que algunos aseguran que llegó a afectar al 50% del negocio. Así fue como aparecieron nuevos jugadores, muchos de ellos sin experiencia en el rubro, los cuales son mirados de reojo por algunos empresarios históricos, que pidieron “jerarquizar y regularizar la actividad”. Sin embargo la propuesta generó el rechazo de gastronómicos más jóvenes, que se opusieron tajantemente a levantar barreras en el sector.

Tras conocerse el cierre de la sucursal de Mendoza y Callao de El Gran Chopp, Carlos Mellano, titular de la Asociación Empresario Hotelera Gastronómica (AEHGAR), dijo que están al tanto de la gran cantidad de nuevos actores que vieron en la rebaja del precio de los fondos de comercio la oportunidad para meterse en el negocio.

“Hay gente que entra en la actividad desconociendo la misma, pensando que le da más categoría, pero la realidad los atropella, se pierden inversiones y fuentes de trabajo”, había manifestado y solicitado algún tipo de barreras para que no cualquiera pueda meterse, así como también medidas para probar si los nuevos cuentan con “idoneidad”.

Las declaraciones abrieron una grieta con los nucleados en la Unión Gastronómica de Rosario que cuestionaron esta posibilidad. “Nos oponemos completamente a regular actividad. Creemos que las barreras siempre tienen que ser bajas, porque todos fuimos pibes alguna vez y tuvimos el sueño de abrir nuestro primer restaurante o cervecería”, manifestó Reinaldo Bacigalupo, referente gastronómico de Pichincha.

“La competencia te obliga a mejorar, a actualizar tus locales, ver qué ideas funcionan en el mundo, y nos parece una locura que se tengan que otorgar permisos en la gastronomía tal como se pide. Eso va en contra del progreso y de la apertura de nuevos locales, cuando sabemos que nosotros funcionamos por polos, por lo que cuanto más bares se abran, más trabajo para todos y más seguridad”, explicó a Ecos365 y agregó: “Abrir un bar debería tener la menor cantidad de barreras posible”.

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