¿Fin del pánico cambiario? Redrado destapa las claves ocultas: ¿Oportunidad de oro o parche?

Martín Redrado despeja la incógnita: ¿Por qué el mundo vuelve a mirar a Argentina? Explica cómo la competitividad y la negociación inteligente son la moneda del futuro para atraer inversiones y generar dólares genuinos

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Con una mirada perspicaz sobre la coyuntura global y la economía argentina, Martín Redrado, expresidente del Banco Central, nos invita a reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que se presentan para el empresariado local en este complejo escenario. En una reciente entrevista, Redrado, reconocido economista con una vasta trayectoria que incluye un máster en Administración de la Universidad de Harvard y la autoría de varios libros sobre economía, ofrece claves fundamentales para comprender cómo la geopolítica moldea las decisiones económicas y cómo la Argentina puede posicionarse estratégicamente.

El giro geopolítico y las oportunidades para Argentina

La economía mundial ya no puede analizarse sin la lente de la geopolítica. Martín Redrado subraya este punto con una frase contundente: "Es la geopolítica, estúpido", parafraseando la famosa expresión de Bill Clinton. Esta nueva realidad, marcada por la competencia global entre potencias como China y Estados Unidos, abre un "tren de la historia" para Argentina, que debe ser aprovechado por el sector público y privado.

"por primera vez en la administración Trump [...] se dio cuenta que si no ponía plata en América Latina iba a seguir perdiendo espacio relativo con respecto a China" dice Redrado

El economista detalla cómo la tradicional visión de China, enfocada en "puentes, rutas, puertos" a cambio de materias primas, contrasta con la "oferta de consejos" de funcionarios norteamericanos. Sin embargo, esta dinámica está cambiando. Estados Unidos, según Redrado, "por primera vez en la administración Trump [...] se dio cuenta que si no ponía plata en América Latina iba a seguir perdiendo espacio relativo con respecto a China". Esto se tradujo en una inédita intervención del Tesoro estadounidense en el mercado cambiario argentino, un hecho que, si bien trae "tranquilidad transitoria", es una señal clara de la relevancia estratégica que Argentina adquiere en este tablero global.

Pero, ¿qué busca Estados Unidos en esta relación? Redrado es claro: "uno de los temas centrales es que Argentina tiene tierras raras", elementos químicos cruciales para la industria tecnológica, drones, satélites y pantallas táctiles, cuya producción mundial es dominada por China. Además, el interés se extiende al uranio, el cobre, la provisión de energía (especialmente de Vaca Muerta) y los centros de datos, áreas vitales en un contexto de conflicto por el control de la información.

Frente a esta coyuntura, surge la pregunta del millón para el empresario local: ¿cómo asegurar que estas inversiones foráneas beneficien a los argentinos y no se traduzcan en una mera extracción de recursos? Redrado enfatiza que la clave reside en la habilidad negociadora del país. "Cada negociación tiene que generar más empleo para argentinos y más dólares para argentinos sin tener una visión ideológica". Esto implica exigir que las inversiones generen "más laburo para argentinos, más empleo, empleo en blanco, sobre todo, que es lo que está faltando", y que utilicen proveedores argentinos, fortaleciendo la cadena de valor local. La meta es clara: "generar más dólares de exportación" para dejar de "pasar la gorra cada seis meses".

El laberinto cambiario y la competitividad productiva

El análisis de Redrado también se adentra en el mercado cambiario local, un tema que desvela a más de un empresario. La intervención del Tesoro americano, con su carácter inédito, ha generado una "tranquilidad transitoria". El acuerdo de swap con Estados Unidos, explica Redrado, permitirá a Argentina "recomprar deuda en el mercado secundario", probablemente bonos de corto plazo, lo que generaría una suba del precio de los bonos y una reducción de la tasa de interés. Esto, a su vez, podría "acercar a los mercados voluntarios de crédito".

Sin embargo, el economista advierte que la intervención cambiaria será "transitoria" y con "montos no muy importantes", dado que la señal ya ha sido contundente. El desafío mayor radica en la "compra hormiga" de dólares por parte de minoristas, que suma millones de dólares y demuestra que las palabras de los funcionarios no siempre llegan a este sector.

Para Redrado, la solución de fondo no pasa solo por lo cambiario, sino por una agenda de competitividad de la economía y los sectores productivos argentinos. Esta agenda, a su juicio, debe ser acordada con los gobernadores y converger en puntos clave: "reducción de impuestos, [...] obras de infraestructura que bajen los costos de logísticas, [...] una nueva política exportadora que nos permita bajar aranceles [...] que nos permita bajar la tasa de interés para que las pymes puedan tener acceso al crédito".

Aunque Redrado es un férreo defensor de un "tipo de cambio único, libre" con acumulación de reservas, reconoce que "hay muchas maneras de mejorar el tipo de cambio sin tocar el nominal que genera tanta disrupción en la economía argentina". Bajar los costos logísticos, impositivos y arancelarios son vías para fortalecer la competitividad productiva.

La experiencia de 2004 a 2010, con un dólar flotante y sin mayores sobresaltos, contrasta con el "manotazo a las reservas" que se vivió posteriormente, generando cepos, controles cambiarios y un "desmadre" para el sector productivo en cuanto a la importación de insumos.

La pregunta fundamental es si Argentina "va a hacer los deberes" esta vez. Redrado es categórico: "compraste tiempo, ahora uno puede comprar tiempo para bien si hacés cosas". No alcanza con el equilibrio presupuestario y un Banco Central que no financie al sector público; es necesario construir sobre esos pilares. Esto implica transformaciones profundas en la competitividad, atacando los "altísimos impuestos al trabajo, impuestos distorsivos" y la informalidad que afecta a "50% de su economía en negro".

"Argentina, con su potencial, vuelve nuevamente a tener una oportunidad y a ser interesante para el resto del mundo" destaca Redrado.

Finalmente, el economista destaca un factor crucial en este nuevo orden mundial: la búsqueda de proveedores confiables. En un escenario de conflictos globales, como el que se vivió con la pandemia y la interrupción de cadenas de suministro, los países buscan socios que garanticen el aprovisionamiento. Argentina, con su potencial, "vuelve nuevamente a tener una oportunidad y a ser interesante para el resto del mundo". La inserción en las nuevas cadenas productivas globales, priorizando la confiabilidad sobre el costo más bajo, es una ventana de oportunidad que el empresariado local no debería dejar pasar.

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