Inclusión financiera: ¿cuál es el impacto económico en empresas con perspectiva de género?

Son muchos los beneficios que trae un enfoque diverso y equitativo. Empresarias y referentes explican a Ecos365 como se traduce en números. 

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Implementar políticas con perspectiva de género en el ámbito laboral resulta fundamental en cualquier empresa que busque progresar. Los indicadores demuestran que ofrecer espacios más equitativos con miradas diferentes y complementarias le otorgan valor agregado al trabajo. Es por esto que cada vez más el sector privado se muestra interesado en reducir la brecha de género en busca de mejores oportunidades. La implementación de políticas públicas y beneficios en materia económica son, muchas veces, el motor necesario para darles el impulso.

El Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación trabaja actualmente con 9 líneas vigentes de créditos bancarios y no bancarios a nivel federal, que cuentan con el respaldo de Fondo de Garantías Argentino (FOGAR) y del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP). En tanto desde el Gabinete de Género del mismo ministerio existen 78 iniciativas de desarrollo productivo con perspectiva de género.

 “En materia emprendedora, se promovió el programa Emprender con Perspectiva de Género con aportes no reembolsables de hasta $1.500.000. Cada vez más se encuentra en el listado de requisitos y exigencias en materia de inversión a nivel mundial la capacitación de las empresas en perspectiva de género y el desarrollo de planes de acción puntuales que sustenten el apoyo de estas políticas”, explica a Ecos365 Cecilia Ribecco, vicepresidente de la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) y consultora.

La información es amplia y muchas veces quienes funcionan como eslabones para articular estas acciones entre el sector público y privado son las cámaras y gremiales empresarias que además cuentan con sus comisiones de género y diversidad.

“Como representante de CAMARCO y presidenta de una empresa de Rosario queremos impulsar a que más mujeres ocupen lugares en el sector de la construcción. Ya sea desde posiciones de liderazgo, toma de decisiones, dirección técnica y en la obra propiamente dicha”, explica Gisela Minervino, al frente de la empresa constructora que lleva su mismo apellido.

La representante de la Delegación Rosario de la Cámara de la Construcción Argentina agrega que en la ciudad -por la disposición geográfica e idiosincrasia de las empresas locales-, muchas de composición familiar, es notable la participación de mujeres en cargos jerárquicos y que el desafío es continuar en ese camino, y pisar más fuerte en puestos operativos hasta ahora mayormente masculinizados. En esa línea, la capacitación y formación en oficios son los vectores para conformar equipos sólidos y heterogéneos en cualquier sector productivo.

En el caso de los industriales santafesinos, al frente de la Comisión de Género y Diversidad de FISFE se encuentra Lorena Guajardo quien además conforma el directorio de la firma JMG SRL, una empresa abocada a la fabricación y comercialización de diluyentes y removedores.

En diálogo con Ecos365 la empresaria hace hincapié en que si bien la dirección de la compañía tiene como presidenta a una mujer el plantel permanente de empleados tiene bastante antigüedad y está conformado mayormente por hombres. No obstante, por tener dirección femenina pudieron acceder a beneficios que se tradujeron en números concretos.

“En JMG pudimos tomar créditos de FONDEP del Ministerio de Desarrollo y  del programa de Santa Fe de Pie. Entendemos que son líneas de crédito que no están bien informadas y es por esto que desde la gremial incentivamos a involucrarse como así también impulsar espacios de capacitación para la inclusión de mujeres en puestos fabriles. Dentro de la metalurgia por ejemplo, es notorio como cada vez son más las mujeres soldadoras y esto responde a posibilitarles la formación en el oficio”, detalla.

A los beneficios de contar con una dirección femenina, se le suma otro instrumento, el sello EPM "Empresa Propiedad de Mujeres", impulsado desde el Gobierno de Santa Fe en conjunto con ADERR (Agencia para el Desarrollo de Santa Fe) en busca de promover el creciente liderazgo y la autonomía económica de las mujeres. Se trata de un mecanismo de identificación voluntaria de aquellas empresas propiedad de mujeres, creado con el objeto de conocer y promover la participación real de mujeres en la economía y especialmente en el sector empresario y productivo de la provincia.

Para terminar, es clave destacar que el tema ya está en agenda, la incorporación de mujeres y otras diversidades en el mercado laboral formal aumentó progresivamente en los últimos años. Sin duda alguna, para el sector privado, achicar la brecha de género reduce pérdidas de dinero, suma singularidades y talentos generando además mayores posibilidades de aumentar la rentabilidad.

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