La falta de insumos amenaza con arruinar el boom de ventas de la línea blanca

A la escasez de plástico, cable y alambre, se le agravó la de chapa por un conflicto gremial en Techint. "Tenemos que parar a cada rato y enviar a la gente a la casa", advierten

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La gran temporada de ventas que está teniendo la línea blanca podría verse interrumpida por la creciente falta de insumos que atraviesa el sector. A la escasez de plástico, cable y alambre, se le sumó la de chapa, que nunca abundó desde el inicio de la pandemia, pero cuya provisión podría agravarse a raíz de un conflicto gremial que tiene a una planta de Ternium-Siderar paralizada.

“Después de la parada obligada realizada por la pandemia, la producción retomó a un ritmo muy lento porque los hornos tardan en calentar, hubo que ajustar las líneas de producción y se produjeron muchas bajas por casos de coronavirus”, explicó Roberto Lenzi, titular de la fábrica de heladeras y freezers Briket, y de la Asociación de Industriales Metalúricos (AIM) Rosario, a Ecos365.

Como hubo rubros esenciales como alimenticias que nunca pararon, y otros que volvieron muy fuertes como maquinaria agrícola, automotriz, electrodomésticos y precisamente línea blanca, la demanda se sostuvo alta, y con una oferta algo rezagada, no tardó en empezar a escasear material. “Al salir mucho menos, y tampoco contar con muchas alternativas de inversión, la gente empezó a mejorar la casa y renovar electrodomésticos. Nosotros respondimos trabajando a pleno, pero empezamos a sufrir un cuello de botella”, señaló.

Al salir mucho menos, y tampoco contar con muchas alternativas de inversión, la gente empezó a mejorar la casa y renovar electrodomésticos, lo que incrementó la demanda"

El problema, lejos de ser meramente local, se registra a nivel mundial. No sólo hay menos producción, sino que además los protocolos sanitarios imponen serias demoras en la distribución de lo producido. Por eso las importaciones autorizadas para suplir la falta de oferta local tampoco alcanzaron. A eso se sumó la especulación de los vivos de siempre, que retuvieron material sabedores de que el ajuste se daría por el precio, cosa que finalmente se produjo. Las subas promediaron un 35% en dólares, en un contexto de terrible devaluación del peso argentino.

“Veníamos pagando u$s1050 la tonelada de chapa de 2 milímetros y saltó a u$s1.400. Se estaba empezando a registrar un aumento de producción importante, aunque todavía faltaba un poco para la normalizanción, cuando estalló un conflicto sindical que ya venía de antes”, explicó Sergio Vacca, referente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM).

La referencia es a una disputa de un sector radicalizado de los trabajadores de la planta de Canning de Techint, que reclaman la aplicación de un artículo específico del convenio metalúrgico, en lugar de siderúrgico. Vencidas las conciliaciones obligatorias, y pese a la promesa de la empresa de aceptar esta petición y reincorporar a 36 trabajadores despedidos, este sector -que no responde a la conducción nacional de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM)- paralizó por completo esta planta. Se trata de la única fábrica nacional de chapas prepintadas, vitales sobre todo para producir heladeras.

“Un conflicto sindical en un fabricante monopólico y en un contexto de antecedentes de faltante enciende las alarmas, y alguna consecuencia para la producción vamos a tener, más allá de que la gravedad de la situación dependerá de cuánto tarde en solucionarse el problema y con cuánto stock cuente la empresa”, explicó a este medio.

Por lo pronto las empresas de línea blanca locales ya lo están sufriendo. “Entre el desabastecimiento, la falta de producción y la quiebra de stocks de chapa, plástico y alambre, estamos produciendo con lo que va llegando, teniendo que parar cuando no hay material, y volver a llamar a los trabajadores cuando llega. Parar y arrancar nos está generando un importante atraso”, graficó Lenzi.

Estamos produciendo con lo que va llegando, teniendo que parar cuando no hay material, y volver a llamar a los trabajadores cuando llega"

El caso de los aceros largos y el plástico

Están previstas nuevas reuniones esta semana para destrabar la situación en Techint. Lo cierto es que la situación resulta muy similar a la que se vivió en Acindar a mediados del año pasado, cuando Arcelor Mittal anunció la reducción a la mitad la producción de su planta de Villa Constitución por “conflictos internos” y pérdida de competitividad. Esto redujo fuertemente la oferta de aceros largos, y si bien luego se recuperó considerablemente, todavía hay faltantes en algunas medidas y calidades. Desde entonces, Adimra conformó una comisión con centros industriales siderúrgicos para monitorear estas situaciones.

Otro insumo que está faltando, y que afecta a varias industrias, es el plástico, con el que se vivió una situación al menos particular. Resulta que como en plena pandemia se redujo drásticamente la circulación de vehículos, cayó mucho el consumo de combustible. Por ende, las destilerías trabajaron mucho menos, y esto afectó la producción de nafta, pero también la de polipropileno, por lo que se redujo el stock de plástico y subió notoriamente su precio.

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