"Los bares con algún resto están haciendo un fondo de reserva para lo que se viene"

Así lo señaló Reinaldo Bacigalupo, titular de Mercado Pichincha. Desde el sector piden al Gobierno que vuelva el ATP para ayudar a los comercios a salir adelante

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Gastronómicos prendieron alarmas con el toque de queda sanitario que comenzó a regir en Rosario a partir de este lunes, desde las 0:30 hasta las 6 de la mañana los días de semana y desde la 1:30 a las 6 de la mañana los fines de semana. Pese a que esta disposición no afecta a su trabajo, el sector esta en alerta ante la posibilidad de que, con el correr de los días, surjan nuevas medidas por parte de los diferentes gobiernos, que perjudiquen el funcionamiento de los comercios.

"Si queda alguna mínima ganancia en noviembre o diciembre, los bares con algún resto están haciendo un fondo de reserva para aguantar lo que se viene. Además, la mayoría de los negocios tienen hoy cientos de deudas, salarios que abonar, hay que hacer frente a muchos gastos y están todos tratando de cerrar números con lo poco que se recauda", señaló Reinaldo Bacigalupo, quien integra Mercado Pichincha, asociación que nuclea a espacios de la zona.

En un escenario de fuerte caída del consumo, el rubro empezó a ver con esperanzas la temporada de verano. Las altas temperaturas y la decisión de muchas personas de no viajar, provocó un mayor movimiento en las calles y afluencia de comensales en los negocios, sobre todo de jóvenes. Pero una gran cantidad de actividades masivas y el abandono de algunas medidas de cuidado por parte de los ciudadanos, más la segunda ola de contagios que viven otros países siembran un panorama oscuro para la actividad comercial en el corto plazo.

Con una gran cantidad de deudas acumuladas, los gastronómicos hacen hincapié en dos puntos que consideran fundamentales. El primero consiste en reafirmar que no es su actividad la causante de contagios, sino aquellas que se realizan de forma clandestina y, por ende, no reguladas. Pero, además, volvieron a insistir en la necesidad de que vuelva el programa ATP para cuidar las fuentes laborales que aún continúan en pie.

En este sentido, Alejandro Pastore, titular de Paseo Pellegrini y secretario de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario (Ahegar), la situación del sector es crítica: "De 400 mil trabajadores en marzo en relación de dependencia, se pasó a tener 175 mil, se perdieron más de la mitad de las fuentes laborales y a nivel estadístico, la crisis afecta a la gastronomía y la hotelería ocho veces más":

Pastore destacó que, en este contexto, se hace imprescindible que vuelva el Porgrama de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), herramienta clave que permitió sostener la actividad privada en el país y terminó en diciembre, aunque hay posibilidades de que se retome este año en algunos sectores.

"Necesitamos tener algo más de previsibilidad con respecto a los ATP. Es lo que nos posibilitó estar abiertos hasta la fecha, eso es clave, estamos esperando mas precisiones por parte del Gobierno Nacional de si pueden continuarlo, afirmó el secretario de Ahegar.

Por su parte, el representante de Mercado Pichincha precisó que: "sin el ATP de enero la gastronomía no aguanta" y señaló que existe una posibilidad de que el beneficio continúe hasta marzo y que están a la expectativa de novedades en este asunto.

Poco trabajo y sí o sí con experiencia

La pandemia agudizó un problema que viene desde hace tiempo y es la escasez de mano de obra calificada para desempeñarse en el rubro gastronómico. Si bien, tanto Pastore como Bacigalupo, coincidieron en que siempre fue difícil cubrir ciertos puestos, la pandemia complicó el panorama laboral hacia ambos lados.

Con la poca oferta de trabajo que hay, los comerciantes señalaron que recibieron una gran cantidad de currículums, la mayoría de jóvenes sin o con muy poca experiencia en el rubro. A su vez, la crisis empuja a los negocios a solicitar una mayor cantidad de habilidades y experiencia para los pocas convocatorias que son habilitados.

"Entrevistamos muchas personas, pero la mayoría es gente que se está incorporando al mercado laboral, entonces lleva más tiempo la curva de aprendizaje. Sobre todo nos costó conseguir en Funes, donde abrimos Ronnie, pero son localidades más chicas, con menos volúmen de gente. El ritmo allá es más lento, estamos capacitando gente y todavía no pudimos abrir lo es que el delivery por falta de empleados", señaló Bacigalupo

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