Desde el gobierno reforzarán los gastos en asistencia para los sectores más afectados por las prohibiciones y a los segmentos de menores ingresos ante la aceleración inflacionaria de las últimas semanas y fuertes subas en alimentos.
Tras varios anuncios en las últimas semanas, el presidente, Alberto Fernández, establecerá un aumento de los montos de la Tarjeta Alimentar, el programa destinado a los hogares de menores recursos para facilitar el acceso a los productos de la canasta básica, en un contexto de la escalada inflacionaria, en especial del rubro de alimentos, según confiaron fuentes del Gobierno a este diario.
En febrero, el monto subió un 50%, por lo que las madres con un hijo menor de 6 años pasaron a cobrar de $ 4000 y a $ 6000 por mes, mientras que los que tienen dos o más hijos de esa edad pasaron a percibir de $ 6000 a $ 9000. Este programa está dirigido a familias con hijos menores a 6 años que reciben la asignación universal por hijo (AUH) y a embarazadas que cobran la la asignación por embarazo.
En el primer trimestre, las políticas alimentarias en las que se inscriben los fondos para la Tarjeta Alimentar totalizaron $ 29.251 millones, apenas un 12,5% más en la comparación interanual, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). Hasta marzo, los alimentos y bebidas treparon 14%, un punto por encima del nivel general, mientras que en abril las consultoras estiman que rondó nuevamente el 4%.
Además, el Gobierno evalúa repetir el pago del bono de $ 15.000 a beneficiarios de AUH, de asignaciones por embarazo y a monotributistas de categorías A y B, e incluso ampliar el universo de destinatarios. No obstante, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) está descartado.
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