Polémica: guiño oficial para YPF y otro mazazo al campo

El gobierno permite ahora descontar retenciones de granos a las petroleras. Y la batalla interna entre exportadores, acopiadores por el trigo HB4

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Esta semana apareció en el Boletín Oficial un decreto que permite descontar retenciones por derechos de exportación a empresas petroleras que venden productos agroindustriales al exterior. Con esta medida, aquellas empresas que lograsen incrementar la producción serán beneficiarias de un certificado de crédito fiscal transferible aplicable al pago de derechos de exportación de productos hidrocarburíferos. Así, no tendrán que pagar retenciones por la exportación de trigo, maíz, poroto, aceite y harina de soja.

En definitiva, todos aquellos granos que se reciben en operaciones de canje por insumos agropecuarios como gasoil, lubricantes, entre otros, y que luego son exportados estarán, en la práctica, exentas de derechos de exportación.

La decisión cayó pésima en los sectores agropecuario y agroindustrial. De hecho, desde la Mesa de Enlace fueron muy críticos mediante un comunicado: “No solo otorga una ventaja sustancial a las empresas petroleras, en detrimento de las demás empresas agroindustriales, sino que también muestra la incidencia extraordinaria que los derechos de exportación tienen en el proceso de producción y rentabilidad de productores y exportadores”.

Desde la dirigencia rural sostienen que la resolución evidencia el reconocimiento explícito que se hace sobre el daño de los derechos de exportación: "Esta medida promueve e incentiva la actividad agraria y las economías regionales y motoriza la exportación al permitir la monetización inmediata de un crédito fiscal en la cuantía de sus derechos de exportación, que en esta actividad resultan sustancialmente mayores a los derechos de exportación de hidrocarburos”.

Y lógicamente pusieron el grito en el cielo: “El incentivo manifiesto a las empresas petroleras, rompe toda condición de igualdad con las empresas agroindustriales, que deben exportar en condiciones diferentes y que en definitiva trasladan ese perjuicio a los precios que recibe el productor primario.

El sector entiende que se trata de “un nuevo destrato en una larga lista de decisiones que miran al campo solo al tiempo de recaudar y lo someten a condiciones de desigualdad con otras actividades productivas”.

En esta ocasión, la gran beneficiada resulta YPF, compañía estatal que es la única que utiliza el canje de granos. De ahí, la reflexión de la Mesa: “Por decisión del gobierno ganaron las petroleras y ¿mañana quién será? Lo que es seguro es que puede cambiar quién gana, pero siempre perdemos los mismos”.

El Trigo HB4 volvió a generar ruido

Ante el inminente comienzo de la cosecha, la Federación de Acopiadores volvió a dirigirse al gobierno nacional con el objetivo de poner de manifiesto el riesgo comercial que implica para la cadena de producción triguera, y para la economía argentina, la aprobación comercial del trigo transgénico.
 
En una carta enviada al presidente Alberto Fernández, la entidad expresa la enorme preocupación de toda la cadena triguera, aporta datos concretos y solicita una reunión con el primer mandatario argentino. A su vez, solicita que “es imprescindible que, rápidamente, se adopten medidas estrictas de aislamiento y confinamiento de la producción de trigo HB4 en proceso, mientras no exista la certeza de que nuestros compradores aprobarán esa producción”.
 
La principal preocupación se centra en el enérgico rechazo de los compradores de trigo argentino a adquirir trigo o harinas OGM. Abitrigo (la Cámara que agrupa a los molinos brasileños) ya informó que si Argentina autoriza un trigo transgénico, ellos comprarán en otros países -además, esto da una gran oportunidad al país vecino para que cancele el Arancel Externo Común-. Lo mismo ocurrió con Bolivia, los países del Sudeste Asiático y África, adónde va aproximadamente el 50% de nuestras exportaciones trigueras.
 
En la misiva, los Acopiadores argumentan que la aprobación del HB4 hará que Argentina pierda mercados de excelencia y tenga que buscar mercados menos exigentes, que requieran trigos de calidad forrajera. “Esto significa destruir un virtuoso proceso de aumento de nuestras exportaciones trigueras que han conquistado, con gran esfuerzo, nuevos mercados”, indicaron.
 

Las pérdidas en números

Hoy Argentina produce unas 20 millones de toneladas de trigo convencional, de las cuales 14 millones se exportan como granos y 800.000 toneladas como harinas y pellets. Por esas ventas ingresan al país divisas por más de 4.500 millones de dólares y el Estado recauda en concepto de Derechos de Exportación unos 530 millones de dólares.
 
Analistas de mercado aseguran que el precio del trigo argentino caería, como mínimo, un 20% (deducción que sale de tomar el precio del “feed wheat” del ICE de Londres vs. el “hard red winter wheat” de Kansas). Eso representaría unos 600 millones de dólares de pérdida para todos los productores trigueros y el cierre de los mercados de harina que tanto costó conseguir.
 
“Podemos seguir afirmando que son granos seguros, que los consumidores ya utilizan maíz y/o soja transgénicos, que se amplían con esto las fronteras agrícolas y muchas cosas más, pero como usted bien sabe, la única verdad es la realidad”, marcó la carta, y enumeró los siguientes hechos: nuestro país representa el 7% de las exportaciones mundiales por lo que es fácilmente reemplazable por los competidores; los compradores rechazan el trigo transgénico porque sus clientes internacionales y los propios consumidores no aceptan consumir productos derivados de una harina elaborada con esos trigos OGM.

De qué se trata

Hace un año, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Conicet y Universidad Nacional del Litoral anunciaron la aprobación del trigo HB4 en Argentina. Se trata de una tecnología de tolerancia a sequía única a nivel mundial.

Según los expertos, la tecnología HB4 permite obtener semillas más tolerantes a la sequía, minimizando las pérdidas de producción, mejorar la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés hídrico y dar mayor previsibilidad a los rindes por hectárea.

Esta tecnología, pionera a nivel mundial, es el resultado de una colaboración público-privada de más de 15 años entre la empresa y el grupo de investigación liderado por la Dra. Raquel Chan, responsable del descubrimiento.

Las variedades de trigo HB4 son desarrolladas por TrigallGenetics, un joint-venture entre Bioceres y FlorimondDesprez de Francia, una de las empresas líderes a nivel mundial en genética de trigo.

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