Por el nuevo cepo, advierten que se agudizará el faltante de bebidas importadas

Vendedores señalaron que las nuevas disposiciones del Banco Central golpean a todo el segmento de bebidas premium. ¿Cuáles son las bebidas más propensas a escasear en las repisas?

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La faltante de bebidas importadas no es nueva y ya arrastra varios meses de conflicto entre importadores, distribuidores y comercios de venta al público. La escasez se vio agravada por un combo de factores entre los que figura la pandemia, la cual llevó en su momento a muchas plantas y destilerías a cerrar sus puertas, generando un parate en la producción; pero también a una constante inflación que encarece mes a mes la compra de este tipo de productos y a demoras en su ingreso al país.

Ahora también se suma a este escenario, la decisión del Gobierno nacional de disponer restricciones de acceso al mercado del dólar para la importación de bienes suntuarios, entre los que se encuentran bebidas superiores a los u$s 50 dólares el litro. Esta medida complica, principalmente, el ingreso de algunas marcas de whiskies, licores y champagnes propios de una gama de consumo media-alta y alta, aunque, según sostuvieron a Ecos365 especialistas del rubro, terminará golpeando a todo el segmento de importados más allá de su valor.

"El problema es que, si cada vez cuesta más traer ciertos productos, baja la oferta y sube la demanda, es decir que el que termina perdiendo es el consumidor porque mucha gente se aprovecha. Vos entrás ahora a Mercado Libre y el mismo whisky tiene diferencias que llegan al 100%. Lo que hace esta disposición es agudizar un problema que ya estaba vigente", Tomás, quien se dedica a vender whiskies y una gran variedad de espirituosas a través de su sitio web, Whiskypedia.

Un problema de costos

Tomás destacó que si uno hace cuentas apresuradas y le suma a esa botella que al importador le sale u$s 50, el recargo de distribuidoras y comercios, se trata de bebidas que hoy en día se ubican para el comprador final entre los $15 mil y los $20 mil la botella. Entre estas se pueden encontrar marcas de champagne como Don Perignon, Pommery, ciertos tipos de Moet Chandon y algunas clases de whiskyes de la marca Johnnie Walker o el Chivas Royal Salute.

En este sentido, Miguel Garay, fundador de Positano Vinos, afirmó que los sucesivos problemas que existen a la hora de ingresar espirituosas y otro tipo de bebidas llevaron a que el mercado se achique en marcas.

Hoy las grandes empresas importadoras, que en nuestro país se concentran en tres grupos: Peñaflor, Pernod Ricard y Grupo Cepas, priorizan ciertas etiquetas por sobre otras, guiándose por su rentabilidad y aunque siempre solían guardarse un resto para aquellas botellas de gama alta, que cuentan con un pequeño, pero fiel segmento de consumidores, esta nueva medida cambia el panorama.

"Desde abril del año pasado empezó a haber faltante de todo lo que es importadas. Se conseguía menos cantidad de mercaderías, antes había etiquetas raras y ahora solo lo tradicional porque a las empresas el Gobierno les permite comprar un determinado cupo, así que se iban por lo que generaba más ventas. Con esta nueva medida, lo que seguramente pase es que se reduzca aún más el mercado y, por supuesto, lo que quede subirá de precio", afirmó Garay.

Tanto el dueño de Whiskypedia como Garay coincidieron en que otro fenómeno que apareció, por los sucesivos aumentos del dólar blue, fue que en la actualidad al consumidor con dólares le termina saliendo más barato comprar una bebida importada en Argentina, que en el exterior.

"En los viajes las personas aprovechaban para comprar en los free shops de los aeropuertos porque les era más barato, pero hoy es más caro. Si el que tiene dólares lo cambia en una cueva a pesos ahorra más pagando esa bebida acá, que si va con los mismos dólares afuera. Un Don Perignon que siempre costó u$s 200 en un freeshop hoy acá si hacés el cambio está a u$s 160, un Black Label es una bebida que ronda los $3 mil, es decir u$s 20, pero afuera está más", afirmó el titular de Positano Vinos.

Difícil acceso

Las limitantes a la hora de importar tienen su coletazo en todo el pase de manos de una bebida hasta que llega al consumidor. Hoy el problema principal al que se enfrentan comercios de venta al público es el cupo al que pueden acceder. Según explicó Tomás, se venden muchas menos botellas que antes.

"Yo estoy preocupado, todavía me queda un resto, pero sinceramente no sé cuándo lo voy a reponer. Ya un distribuidor me dijo que no va a vender por un tiempo y con las importadoras no se sabe. También pasa que muchos acumulan stock y no quieren largarlo hasta evaluar cuánto de eso van a poder reponer y a qué precio para asegurarse los costos", destacó el emprendedor.

Por su parte Garay consideró que, bajo este escenario, los que salen menos favorecidos son las pequeñas vinotecas y comercios que le compran directo a distribuidores. Según su análisis, mientras que antes estos podían adquirir botellas a precios razonables, hoy las pocas que consiguen se comercializan a valores muy altos, incrementos que no pueden traducir 100% a su valor final por miedo a no venderlas.

"En mi caso yo voy a seguir teniendo algo de stock porque tengo línea directa con importadoras, entonces ahorro costos y me garantizo un cierto número de botellas, pero este otro tipo de negocios van a seguir siendo, sin dudas, los más perjudicados", precisó el experto en bebidas.

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