Por la suba de tasas y el dólar soja, la ecuación de los feedlots cambió drásticamente

El presidente de la CAF, Fernando Storni, habló con Ecos365 sobre el margen bruto negativo que presenta el negocio. ¿Qué escenario imagina en el corto plazo?

     Comentarios
     Comentarios

Los feedloteros atraviesan horas difíciles a partir del contexto macroeconómico y algunas medidas oficiales que impactan de lleno en el negocio. La relación compraventa, la suba de tasas y el dólar soja conforman un combo que golpe los márgenes.

Para conocer de primera mano “la foto” de la actividad, Ecos365 dialogó con el presidente de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), Fernando Storni. “En cuanto al negocio, el modelo nuestro nos marca un margen bruto negativo cercano a $1.800 (antes de impuestos y sin costo financiero), pero al momento de aplicar ese costo con las tasas actuales el monto trepa a $20.800 por cabeza”, afirmó.

“Hay una relación compraventa negativa relacionada con un muy buen precio de la invernada y una venta de un animal gordo que se encuentra retrasado y quizás a valores nominales similares a los de marzo abril, en el marco de una inflación mensual de seis o siete puntos y eso hace que los costos en general se actualicen permanentemente”, explicó. Y agregó: “el costo de estructura de nuestra actividad pasa por paritarias, combustibles, demás costos en general (mantenimientos, reparaciones, etc)”.

Al analizar lo que viene, Storni se imagina un panorama con “tensión entre la oferta y la demanda”. En ese sentido, comentó: “tiene que ver con esta salida de animales en los próximos meses de los corrales y una disminución paulatina de la oferta, pero además rspecto a nuestra hacienda gorda terminada debería generarse algún grado de actualización para recuperar rentabilidad en el negocio”.

El impacto del dólar soja

Desde la CAF también hacen hincapié en el impacto que el dólar soja tiene en la actividad. “Hay uno directo vinculado con la actualización de los precios pizarra de la soja y por ende de los subproductos que son fuente de proteínas en nuestras dietas”, reconoció. Si bien los productores en esta actividad, a diferencia de los polleros o lecheros, pueden generar alguna adaptación en sus dietas y otorgar la proteína a través de otros insumos, Storni admitió que la medida “moviliza todo”.

Y concluyó: “según nuestros números se habla entre el 6 y el 10% de impacto en el costo de alimentación de esta medida puntual”.

Comentarios