Por qué sembrar una hectárea agrícola será mucho más caro este año

El consultor Teo Zorraquin analizó el escenario complicado que afrontan los productores, contemplando costos de insumos, arrendamientos y la evolución de los precios de venta de los granos.

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En plena cosecha de la gruesa (soja y maíz) y comenzando la siembra de la fina (trigo y cebada), para el consultor Teo Zorraquin las mayores preocupaciones de las empresas están centradas sobre todo en tres aspectos: provisión y costo de los insumos, cierre de arrendamientos para la nueva campaña y evolución de los precios de venta de los granos (disponible y futuros).

“Si se compara la situación de precios esperados a cosecha en mayo 2022 vs las expectativas que había en mayo 2021, en promedio hoy el mercado de futuros ofrece precio promedio de los cuatro granos principales un 24% más altos”, indicó en su análisis. Cabe destacar que, en esa misma comparación, los costos directos por hectárea subieron un 59%. No obstante, señaló: “se hace la relación del costo de los insumos medidos en kilos de grano promedio (relación insumo/producto), el glifosato vale un 39% menos, el gasoil un 18% menos y los fertilizantes entre 50% y 60% más”.

Los costos indirectos muestran un aumento en dólares cercano al 10%. En tanto, los arrendamientos expresados en kilos de soja también subieron un 10% (variable según zona). “O sea que no todo es lo mismo y eso muestra lo complejo del escenario. Por lo dicho, los fertilizantes se llevan la mayor atención debido a su alto valor. En estos días se observa una tendencia a la baja en la urea, motivando la concreción de algunos negocios en canje disponible”, comentó.

Semillas y agroquímicos

Otro insumo que está restringido es la semilla de girasol. Precisamente, Zorraquin explicó que ante la falla de producción producto de la sequía y por la alta demanda por parte de los productores “ha subido su precio un 50% o más, y además no alcanza para todos”.

Por su parte, la disponibilidad de la semilla de maíz y soja no parece ser un problema, más allá de algunos híbridos específicos en el caso del maíz.

En tanto, los agroquímicos en general se consiguen, más allá de algún faltante temporal de alguna marca o principio activo.

“Estas situaciones podrían condicionar y modificar planteos técnicos y obligar a un ´switcheo´ de cultivos. Sumado además a las dudas que presenta el trigo debido por un lado a las amenazas de mayor intervención que tientan a un reemplazo por cebada y además la falta de humedad en diversas zonas que podría impedir su siembra”, remarcó.

Costos y ganancias

“Medido en dólares, sembrar una hectárea agrícola en la nueva campaña 22/23 es mucho más caro que la campaña que está terminando”, confirmó el consultor. Y agregó: “el capital necesario para realizar la misma cantidad de hectáreas es mucho mayor este año (entre 50% y 60%)”. Al ser mayor, será necesario reinvertir las ganancias de la 2021-2022 (si existieron) y/o aumentar el apalancamiento crediticio con el correspondiente aumento de riesgo.

Volatilidad

También se refirió a los precios de los granos: “el conflicto bélico le aporta niveles históricamente altos a los precios y con altas volatilidades. Como ejemplo, en la última semana el trigo nuevo tuvo variaciones de 25 U$S/tn,y si le sumamos los rumores e inconsistencia política en el tema retenciones, genera mucha incertidumbre sobre cómo y cuándo tomar precios y con qué coberturas en todos los granos”.

A lo anterior se le suma la posibilidad de una tercera Niña consecutiva (sequía), fenómeno que no se registra desde hace 20 años. Por eso, reflexionó: “teléfono para los dirigentes políticos que sólo fantasean con castigar a los que según ellos ganan dinero en forma inesperada tirados panza arriba”.

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