Presionados por la pandemia, cada vez más abogados eligen jubilarse

La digitalización de audiencias y de muchos trámites, sumada a la drástica caída de trabajo, empuja a letrados mayores a dejar la profesión. Fuerte impacto en las cajas profesionales

     Comentarios
     Comentarios

El cambio de Código Civil y Comercial en agosto de 2015 fue el primer gran golpe para los abogados de mayor edad. Ante la necesidad de tener que volver a capacitarse, y modificar por completo la forma de trabajo ejercida durante décadas, una importante camada que ya estaba en edad, optó por jubilarse. Ahora es la pandemia la que está generando un fenómeno similar en Rosario. Por un lado, por la profunda digitalización en el ejercicio de la profesión, a la cual aquellos más grandes no suelen estar habituados. Por el otro, porque ante la caída de trabajo y la incertidumbre por el futuro, contar con un ingreso fijo como el de una jubilación cobró mucha relevancia. Sólo en un mes ingresaron 50 procesos de inicio de jubilación, y el número de pasivos está en ascenso, lo que mete presión a las cajas profesionales en un contexto de altos gastos y caída de ingresos.

Contexto

En octubre de 2020 Ecos365 dio cuenta de la compleja situación que atravesaban los letrados rosarinos, a los que la pandemia les había recortado casi por completo los ingresos, a partir de permanentes cierres de las instituciones judiciales, y sobre todo, un anticuado sistema de gestión basado fundamentalmente en el papel y la presencialidad. Este contexto pegó especialmente en los más jóvenes, sin demasiada espalda financiera y con pocos clientes, pero con gastos similares a los de mayor trayectoria, siendo el pago de las cajas profesionales los más onerosos. Desde las propias agrupaciones habían destacado una suba en la rescisión de contratos de alquiler de oficinas como primera medida, y un aumento en la suspensión de matrículas y cambio de trabajo en casos más graves.

A los golpes, el sistema judicial provincial se fue modernizando, el uso de la plataforma informática Sisfe que permite –entre otras cosas- presentar los escritos de manera virtual, se generalizó para todos los trámites. Más allá del pánico que provoca cada vez que el sistema se cae, porque los plazos corren y las casusas prescriben, en líneas generales hay coincidencia en que sirvió primero para rehabilitar el trabajo, y luego para agilizarlo. Pero esa visión que comparte buena parte de los jóvenes no se condice con la de los mayores, que debieron adaptarse a la fuerza a herramientas para muchos ajenas y dejar atrás viejas costumbres de trabajo. “Mi hija me explicó cómo convertir los documentos Word a PDF y aprendí a hacer la firma digital, pero no todos pueden hacerlo”, dijo a Ecos365 una reconocida abogada de dilatada trayectoria.

Hemos llegado a tener 50 nuevos jubilados en un mes, que para un total de 2600 pasivos es mucho”

“Además ya no podés visitar un Juzgado para ver cómo está un trámite y apurarlo, y el sistema informático permite a los que están adentro del Tribunal cometer muchos errores que vos no podés detectar desde la computadora”, añadió. A sus ojos, si bien es cierto que respecto al año pasado se achicó un par de pasos el trabajo, todavía no se aceitó del todo el sistema, y lo analógico sigue conviviendo con lo digital. Estas nuevas prácticas potenciaron un fenómeno que empezó a vislumbrarse el año pasado, como es el de la jubilación anticipada. “Hemos llegado a tener 50 nuevos jubilados en un mes, que para un total de 2600 pasivos es mucho”, sentenció un integrante de la Caja de Seguridad Social de Abogados y Procuradores de Santa Fe. “Así como muchos dejaron la profesión con la oralidad y los cambios de código, vemos que la virtualidad está provocando lo mismo en aquellos que no se quieren aggiornar, y encima si les bajó mucho el volumen de trabajo por la pandemia, contar con un ingreso fijo como el de una jubilación pasa a ser oro”, explicó a este medio.

Presión sobre las cajas

Si para fines del año pasado se necesitaban $120 millones mensuales para hacer frente al pago de jubilaciones y pensiones de abogados, ya en 2021 con los aumentos de los haberes –por debajo de la inflación- y el incremento de pasivos, pasaron a requerirse $160 millones por mes. El incremento de gastos contrasta con la caída de ingresos, porque por el contexto del año pasado se decidió congelar el aporte mínimo, que quedó en el mismo valor de 2019 ($65 mil) para aquel que abonara antes del 5 de enero de 2021. El desfasaje se cubrió con el uso al máximo de reservas, pero esta medida excepcional no podrá repetirse este año, pese a que el trabajo lejos está de normalizarse. “Este año va a estar difícil porque corren los aumentos de 2020 y 2021, por lo que en diciembre habrá que pagar $120 mil y muchos no van a estar en condiciones de hacerlo”, apuntó la mencionada fuente.

Del otro lado, la Caja Forense atraviesa una situación todavía más crítica. La pandemia disparó los costos fijos, como los gastos de internación ($100 mil diarios por paciente) y de hisopados (unos $6 mil por los cuales el afiliado paga un coseguro de $1.500 y el resto lo pone la Caja), entre otros. Si bien por algunos meses tuvo un respiro porque patologías crónicas u otras cuestiones médicas fueron postergadas, más que un ahorro fue una postergación, ya que en cuanto bajó el número de contagios, explotaron las consultas. Pese al aumento de la morosidad, durante 2020 no se dio de baja a nadie (en Rosario hay unos 6.500 afiliados directos y 14 mil contando a integrantes del grupo familiar) y se mantuvo el mínimo de 2019 de $60.600, pero se ajustó el valor a grupos familiares y externos.

Si para fines del año pasado se necesitaban $120 millones mensuales para hacer frente al pago de jubilaciones y pensiones de abogados, ya en 2021 con los aumentos de los haberes –por debajo de la inflación- y el incremento de pasivos, pasaron a requerirse $160 millones por mes"

La elección de autoridades en marzo postergó el incremento que después buscó aplicarse a las apuradas a diez días del cierre de mayo (se paga a mitad y a final de año), y letrados que creían haber alcanzado el mínimo, se encontraron que debían poner más plata y cubrir $79.200 en todo el año. Las quejas de la oposición y la presión de los afiliados llevó a retrotraer la medida, pero sin embargo se anunció que en diciembre sí aplicará el ajuste y será mayor: habrá que pagar $86.400. “Es decir que la agonía se estira. Es imposible pensar que el ejercicio de nuestra profesión se vaya a regularizar para esa época”, plantearon desde la agrupación opositora Acción Forense, y agregaron que la única razón que tendrán muchos abogados para permanecer afiliados a la Caja será la de no perder aportes obligatorios que deben realizar cuando se regulan honorarios.

Con una suba de casi el 100% en la Caja de Jubilaciones, y del 50% en la Forense los abogados deberán reunir como mínimo más de $200 mil para estar al día. Y si bien pueden abonarlo en cuotas fijas sin interés con algunas tarjetas específicas, será casi imposible que cuenten para entonces con saldo suficiente. Si las cajas no están bien, los profesionales lo están menos.

Comentarios