Figma estuvo construyendo en modo sigiloso durante tres años antes de su primera vista previa pública, pero el arduo trabajo técnico valió la pena. Figma fue un éxito entre los diseñadores casi de inmediato, ya que la colaboración en tiempo real que permitió hizo que los procesos de diseño, en particular los procesos de diseño de software, fueran mucho más eficientes que antes.
La base de usuarios de la empresa creció en consecuencia, y para este año Figma estaba superando al gigante del diseño Adobe entre los equipos de diseño de Microsoft y otras empresas. Y por eso no fue particularmente sorprendente cuando Adobe dijo este mes que tiene la intención de adquirir Figma , manteniéndola como una unidad autónoma dentro de la empresa, con Field permaneciendo como CEO.
Lo que fue más sorprendente, tal vez, fueron los 20.000 millones de dólares que ofreció Adobe: 40 veces la tasa actual de ejecución de ingresos anuales de Figma y una de las adquisiciones de empresas emergentes más grandes de la historia. Los inversores se han mostrado escépticos sobre el acuerdo; El precio de las acciones de Adobe ha bajado considerablemente desde que se anunció la adquisición, ya sea por el impacto de la etiqueta o por el temor de que la Comisión Federal de Comercio de Lina Khan bloquee el acuerdo con la teoría de que es anticompetitivo. (Ella ha demandado para bloquear tratos mucho más pequeños y posiblemente menos importantes que este).
Cuando la compañía presentó su pizarra virtual FigJam y Field llevó a su equipo a un lugar de trabajo híbrido en persona y remoto. Cuando llegó la noticia de la adquisición, me pregunté cómo planeaba Field manejar todo lo que ahora tiene frente a él: problemas antimonopolio, mantener el control de la hoja de ruta de su producto y lo que sea que DALL-E y otras herramientas de IA puedan significar para el futuro del diseño.
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