Se guarda el jogging y sale la camisa: la estrategia de las marcas para no pasar de moda

Comerciantes y fabricantes del sector indumentaria de Rosario cuentan a Ecos365 los cambios que vienen atravesando y cómo se adaptan a la demanda pos pandemia

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La metamorfosis en las vidrieras de locales de ropa es notable. La elección de los consumidores pone en evidencia haber dejado atrás el estilo casual y descontracturado que venía marcando tendencia desde la cuarentena más estricta. Así lo perciben los empresarios del sector que debieron amoldarse a los tiempos para capitalizar las ventas y no quedarse con stocks.

Si bien el rubro presenta un aumento interanual del 73,4% según los datos de abril del índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec,  la indumentaria se trata de un bien de primera necesidad. Y el hecho de haber más gente circulando en la calle impulsa el movimiento comercial y esa demanda exige propuestas que acompañen el retorno de las actividades.

Para tener en cuenta, los negocios  y fabricantes generalmente compran hasta con un año de anticipación la mercadería y se adelantan a la temporada. Con la irrupción de la pandemia debieron modificar aquellos planes predecibles ya que los artículos dirigidos a hacer ejercicio y sus accesorios pasaron a venderse dos o tres veces más de lo que se venía vendiendo y todo lo que era moda quedó rezagado.

 “En pandemia las ventas estaban dirigidas en un 70% a la ropa deportiva, de running, mancuernas y ese tipo de accesorios. Solo un 10% marcaba lo que es moda. Hoy eso cambio. Moda maneja un 50%, lo deportivo un 28% y accesorios un 15%”, detalla a Ecos365 Nelson Graells titular de Sport78.

En su caso, para equiparar el desfasaje que suponía ese cambio de patrón la estrategia pasó por adquirir igual aquellos productos aunque no tuvieran una inminente salida. “Si no había futbol por un año y medio, nosotros igual recibíamos los botines y los guardábamos porque sabíamos que íbamos a tener mucha demanda cuando comenzaran los torneos y así con cada producto”, aclara el empresario local.

En tanto, por el lado de quienes son fabricantes la aceleración en la producción fue la clave. Sobre todo considerando los contratiempos que implica el flagelo de la falta de mano de obra especializada y de los escasos talleres de confección concentrados en gran parte en Buenos Aires.

La vuelta a las graduaciones, el regreso a las oficinas y a las salidas recreativas volvieron a poner en valor las camisas, los jeans y la ropa de vestir más arreglada. Productos que requieren de una confección especializada y que por lo anteriormente mencionado no abunda.

En esa línea, Jorge Sauan al frente de la marca Unimog, afirma que se tuvieron que anticipar y acelerar la producción de aquellos productos especiales.

“Hacer una camisa no es lo mismo que un jogging o una remera. Al principio la gente eligió la ropa más cómoda pero fue variando con las aperturas y nos pudimos acomodar compensandoló”, explica el referente de ropa urbana a Ecos365.

Según advierten los empresarios, Rosario fue una plaza que se activó más rápido inclusive que Buenos Aires que estuvo más tiempo cerrada. Ingresar con mayor libertad a los locales, sin el uso obligatorio del barbijo y con la posibilidad de probarse los productos fueron otro factor que apuntaló el movimiento detrás del mostrador.

 “Estas fechas pico como el Día del Padre generan movimiento inclusive para los que no vendemos indumentaria masculina”, advierte a Ecos365 Jorge Bisignano dueño de las tiendas Orfilia.

En su caso, el estilo al cual apuntan es hindú y decidieron mantenerlo sin sumarse a la tendencia pijamera más casual o deportiva.

“Empezamos a repuntar ahora, tuvimos que cerrar locales y volcarnos a lo nacional porque la ropa nuestra era toda importada. Ahora buscamos dentro de lo poco que hay lo más lindo y similar. Pero está claro que es más caro, más básico y de menor calidad”, cierra el comerciante quien encaró el negocio desde el 2001 en plena crisis.

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