El Gobierno, junto a empresas y sindicatos, avanza en el armado de un plan de reconversión de programas sociales en empleo formal. Cuatro ministerios trabajan en esta iniciativa, junto a la CGT, cámaras empresarias de rubros como la gastronomía y la construcción, y la UTEP.
Se parte de la base del programa que permite la coexistencia de planes sociales con la contratación formal de trabajadores rurales, que alcanzará a 250 mil peones de todo el país. Ahora lo que se busca es hacer algo similar con actividades que resultaron fuertemente impactadas por la pandemia, para luego avanzar hacia otros rubros vinculados con la economía doméstica. El lanzamiento sería en octubre.
Una de las herramientas que se utilizarán será el plan Potenciar Trabajo, que prevé el pago por parte del Estado de la mitad de un salario mínimo, vital y móvil (es decir, 14.580 pesos) y a cargo de los empresarios el saldo restante hasta cubrir un sueldo básico del convenio correspondiente a cada actividad.
A su vez, se apelará a los centros de capacitación de los sindicatos de cada rubro para ofrecer cursos rápidos en oficios a los beneficiarios de planes sociales en condiciones de incorporarse a los puestos de trabajo demandados por la recuperación económica. Por caso, en construcción se espera que continúe la fuerte reactivación, que podría permitir el regreso a la actividad de 70 mil obreros que perdieron el trabajo en 2020.
Respecto a la gastronomía y el turismo, se calcula que se destruyeron 200 mil puestos de trabajo, pero se estima que a medida que avance la vacunación, se irán dando las flexibilizaciones y aumentará la demanda de empleo. Como tercer eje, se apunta a capacitar a receptores de planes en tareas de tendido y conexión de redes de agua y cloacas, vinculándolos con las empresas proveedoras de agua potable.
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