Setenta espacios culturales van por una ordenanza que reconozca y regule su actividad

Presentaron al Concejo de Rosario un proyecto con el objetivo de lograr un marco jurídico acorde al trabajo que realizan. Radiografía de un sector que lucha por sostenerse

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Setenta espacios culturales presentaron al Concejo de la ciudad un anteproyecto con el objetivo de lograr una ordenanza que "los reconozca como sector productivo" y brinde un marco jurídico a la actividad que desarrollan día a día. Agrupados en la “Campaña por la Ordenanza de Espacios de Trabajo Cultural Independientes”, denuncian que, tras la pandemia del coronavirus, la cultura alternativa hoy se encuentra en peligro de extinción.

“Somos legítimos pero ilegales”, es el mensaje que resuena con más fuerza en los videos que la Campaña difunde a través de redes sociales para informar a la ciudadanía acerca de su problemática e impulsar a que el tema tome trascendencia en los medios. Sin embargo, se trata de una lucha de larga data en Rosario que incluso guarda en su historial un proyecto anterior, presentado en el año 2015, el cual no logró llegar a buen puerto.

"La pandemia visibilizó con más fuerza una problemática que ya existía y está relacionada al cierre de diferentes espacios de la ciudad donde se gestaba la cultura", señaló a Ecos365 Paloma Gallardo, quien forma parte del centro cultural Micelio, ubicado en calle Valparaíso 520. En palabras suyas, la idea de este proyecto surge de una necesidad concreta que es la de ayudar a su sostenimiento.

Salir a flote

La mayoría de los centros culturales llevan adelante un modelo de negocio que se basa en la autogestión, es decir, que se sostienen en base al trabajo de los miembros que forman parte del mismo y a partir de los ingresos que entran por los servicios o productos que ofrecen a la comunidad.

"Desde bares hasta salas independientes debieron virar hacia otras actividades para seguir en pie".

Se trata de estructuras económicas pequeñas y que sufren con fuerza los embates de las crisis económicas, donde parte de la sociedad elige recortar gastos por el lado del entretenimiento y las actividades recreativas. A su vez, se suma el hecho de que hay lugares que funcionan en la ilegalidad al no encontrar una normativa que los represente, debiendo enfrentar reiteradas clausuras por parte del Estado.

La irrupción de la pandemia complejizó este escenario y al contexto de inflación y bolsillos flacos se añadieron las restricciones. Esto causó que al principio se vieran imposibilitados a abrir sus puertas y luego se les dificultara la posibilidad de trabajar con público en su interior.

"Desde bares hasta salas independientes debieron virar hacia otras actividades para seguir en pie. Incluso hubo algunos que llegaron a vender hasta su mobiliario, obras de arte u otros objetos para conseguir el dinero con el cual afrontar las deudas generadas por impuestos y alquiler", señaló Gallardo.

Un ejemplo de esto fue el bar y boliche Casa Brava, que en septiembre del año pasado organizó una rifa donde vendieron elementos y muebles clásicos de su local para conseguir ingresos. Otro caso fue el de OUI, bar cultural que luego de anunciar su cierre definitivo en diciembre, tuvo que salir a rematar desde vajillas, hasta electrodomésticos para afrontar las deudas.

Pero la lista de espacios y bares culturales que cerraron sus puertas es muy extensa y pone de manifiesto la fragilidad en la que se encuentran y la necesidad de contar con el acompañamiento de políticas públicas para permanecer en carrera.

A continuación, un mapa que incluye bares y centros culturales que la ciudad perdió en los últimos años:

Un nuevo comienzo

Si bien la pandemia puso un freno a la cultura, también fue el puntapié para formar un frente con el objetivo de encauzar todas las necesidades que dejó al descubierto. Músicos, hasta gestores culturales, actores, productores, técnicos en escenografía, bailarines y docentes integran la Campaña por la Ordenanza de Espacios de Trabajo Cultural Independiente.

A su vez, muchos de ellos participan activamente de otras agrupaciones que se integraron a esta lucha y entre las cuales se encuentran el Colectivo Rosarino de Espacios Culturales (CREC) y el Movimiento Unión Groove (MUG), los cuales agrupan a diferentes centros y artistas de la ciudad.

"No queremos que se nos vincule directamente con la nocturnidad. Hoy en día hay una ordenanza que es la 7218, pero regula los espectáculos públicos y las actividades ligadas a locales bailables. También es muy restrictiva por estar asociada a hechos tristes de nuestra historia como lo fue Cromañón en su momento y a episodios como el que se dio en el Café de la Flor acá en Rosario", señaló Gallardo.

Este último punto es de gran relevancia ya que el pedido que encabezan se centra en lograr una regulación en donde su rubro no quede tergiversado y que realmente represente las actividades y propuestas que se llevan a cabo en su interior.

"Nosotros consideramos que los espacios culturales son aquellos donde se crea el hecho artístico de manera íntegra, no hablamos solo de lugares donde se muestra el show, sino de lugares donde se imparten clases, se dan talleres, muestras y otras actividades que suceden en una franja horaria amplia y más que nada diurna", señaló Gallardo.

La Bartolina, un centro cultural que integraba el CREC y cerró sus puertas el año pasado. (Facebook)

 

De esta forma, el anteproyecto de Ordenanza presentado al Concejo busca abarcar en su normativa múltiples realidades involucradas al sector cultural rosarino. En concreto, los ejes principales que se abordan según Gallardo son:

-La creación de una nueva categoría bajo el nombre Espacios de Trabajo Cultural Independientes (ETCI). De esta forma, la gestora explicó que muchos centros que hoy están en la ilegalidad podrían encontrar una reglamentación acorde y funcionar habilitados, evitando posibles clausuras y pudiendo acceder a diferentes subsidios gubernamentales.

-La puesta en marcha de una comisión que acompañe el proceso de registro y habilitación de dichos espacios para generar un puente entre los actores culturales y el Estado.

-El armado del Registro Municipal de Espacios de Trabajo Cultural Independiente, donde se tenga seguimiento de las propuestas que funcionan en la ciudad y se fomente el circuito cultural alternativo.

Una deuda pendiente

El trabajo que llevan adelante los centros culturales tuvo su correlato en el año 2015, cuando espacios independientes de Rosario presentaron el proyecto de ordenanza "Club Social y Cultural", el cual, pese a todos los intentos del colectivo, no logró prosperar y quedó frenado en el Concejo.

"Rosario tiene una deuda pendiente de hace años en relación a la incorporación en su normativa de una figura que represente la vida de los espacios culturales".

Fue, sin dudas, un momento de gran visibilidad mediática para el sector, pero principalmente para los bares que se dedicaban a realizar espectáculos en vivo, debido a las permanentes clausuras por no respetar la normativa vigente. Entre otras cuestiones, la misma les impedía tener al público bailando en su interior o extender su funcionamiento hasta altas horas de la madrugada.

En este sentido, el subsecretario de Cultura, Federico Valentini, señaló a Ecos365 que "Rosario tiene una deuda pendiente de hace años en relación a la incorporación en su normativa de una figura que represente la vida de los espacios culturales".

A su vez, destacó que el proyecto presentado también nace de la voluntad del intendente, Pablo Javkin, quien según sostuvo, mantuvo reuniones con los representantes de la Campaña al igual que la Secretaría de Cultura. Si bien todavía no hay fecha para el tratamiento de esta iniciativa y su avance, por ahora, es incierto, Valentini precisó que hay voluntad política para que el mismo logre su objetivo, aún cuando haya que hacerle alguna modificación o anexo durante su debate.

"La necesidad es que su trabajo se encuentre representado en una normativa. Hoy se da que algunos funcionan sin habilitación o lo están bajo categorías que no contemplan del todo su impronta y cuando llega un inspector se da cuenta que lo que sucede ahí no es el fin para el cual están habilitados. Al igual que participamos en las reuniones para su construcción, este proyecto contará con nuestro apoyo en el Concejo ", aseguró Valentini.

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