Siembra de soja: desafíos y alternativas para la campaña 19/20

Control de malezas resistentes, importancia de los nutrientes, la pregunta sobre fertilización y la inversión en tecnología, entre otras recomendaciones sobre el que se convirtió en cultivo estelar del país

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Según los datos que arrojó en su estimación anual la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la actual campaña de soja no será récord: se sembrarán 17,6 millones de hectáreas, que tendrían una producción de 51 millones de toneladas, cayendo en un 9% respecto a lo logrado en la campaña anterior.

La siembra directa generó nuevos desafíos para el avance de la oleaginosa, donde múltiples factores convergen en la toma de decisiones. Por nombrar algunas, encontramos que el cultivo de soja debe resolver problemáticas de malezas –y malezas resistentes-, enfermedades, fertilización, nuevas opciones en maquinaria para siembra o cosecha, precios de venta y relación insumo-producto.

Control de malezas resistentes

Para la campaña de soja que se avecina, las perspectivas en cuanto a las malezas resistentes son analizadas por la REM de Aapresid, además de brindar consejos sobre su respectivo control: “Las malezas de la primavera que motivan las aplicaciones a futuro, son yuyo colorado y rama negra, que se intercambian la posición según la zona. Después las siguen las gramíneas anuales”, explicó Martín Marzetti, gerente del programa.

A modo de recomendación, el especialista distingue entre soja de primera y segunda, y que hacer en cada caso: “En el primer caso, hay que hacer hincapié en los barbechos, tanto como en el de otoño como en el intermedio o corto que son los anteriores a la siembra. Lo que no se hace ahí empieza a tener dificultades en la siembra. No hay que sembrar con malezas vivas”. Para el segundo grupo, la soja de segunda, Marzetti es un poco más optimista: “El tema lo solucionó el trigo o la cobertura, y nos ahorramos ese manejo del barbecho intermedio”.

La novedad para esta campaña pasa por rama negra. La misma REM confirmó la resistencia a inhibidores de ALS en un biotipo de esta planta en el sur de Santa Fe. Estos fitosanitarios pertenecen a grupo muy importante de herbicidas, muy usados por su control.

Los costos en dólares por hectáreas, para combatir a las malezas se están convirtiendo en un dolor de cabeza adicional. Esos costos empiezan a parecerse a los de los principios de los años 90, donde la siembra directa dio el despegue, y los costos tenían alto porcentaje de incidencia de horas de trabajo. Es por esto que ante un reciente informe de la REM, para soja de primera estamos superando los 80 dólares en promedio por hectárea en insumos. Eso quiere decir que volvemos a precios de hace más de 15 años.

La importancia de los nutrientes

El objetivo de una fertilización es satisfacer los requerimientos de nutrientes del cultivo en las situaciones en las cuales el suelo no puede proveerlos en su totalidad. Estos requerimientos no son fijos, sino que aumentan con el rendimiento. Hace años que en la región pampeana la soja se cultiva prácticamente sin fertilización fosforada, o con dosis que no compensan la exportación de fósforo en el grano.

La pregunta es: ¿hay que fertilizar la soja?

Esta cuestión la analiza Agustín Bianchini, especialista en nutrición, quien explica que la soja es un cultivo que productores y técnicos creen que no se debe fertilizar. “Si dejamos de hacerlo, con el tiempo los rendimientos empiezan a reducirse”. Parte de esa falta de caída en los rendimientos de soja se deben a que el productor no lo ve por la mejora genética, que hace que la capacidad de producción aumente. Lo que se ve es que cuando los nutrientes empiezan a faltar, el rendimiento empieza a caer. Bianchini recomienda fertilizar la soja, y una de las posibilidades es pensar fertilizar el maíz o trigo, y que la soja aproveche la fertilidad residual. La estrategia a utilizar es estimar lo que necesita el trigo y la soja, y aplicar lo suficiente en trigo. Hay que contemplar lo que necesitan ambos cultivos. Hay que fertilizar contemplando a la soja como parte de la rotación.

Sembrar tecnología

Desde hace unos años, las compañías semilleras vienen invirtiendo en este desarrollo del complejo y las áreas de soja. De ahí se desprende que vengan surgiendo nuevas tecnologías en las semillas a sembrar, como INTACTA, RR1, RR2, STS, IPRO, HB4, y sus combinaciones. Estas tecnologías prometen resistencia a herbicidas, sequía, insecticidas y rendimientos superiores dependiendo de la zona y el ciclo elegido.

Para la zona núcleo, por ejemplo, se destacan los productos de Don Mario, como la Intacta 3815 IPRO STS, o 40R16 STS. Nidera Semillas también ofrece un completo porfolio de productos, donde para la zona cercana hace punta su variedad NS4955 y la novedad NS5028 STS. Para ambientes de alto potencial de rendimiento, la empresa de origen rosarino Bioceres Semillas ofrece sus variedades 3.41 y 4.11, para siembras óptimas y tempranas con excelente comportamiento a vuelco. Por su parte, la compañía Basf ofrece CZ 3.45 S STS, una variedad de alto potencial de rendimiento para ambientes de alta productividad. En siembras tempranas, su ciclo corto permite sembrar verdeos más tempranos o escapar a temporales de otoño.

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