Siendo pioneros en la fabricación de cascos para motocicletas en Argentina, la empresa santafesina Alto Impacto SRL (con sus marcas Vértigo y MPA) supo afianzarse en el mercado nacional y salir airosa de reiteradas crisis que le tocó atravesar a lo largo de su historia. La pandemia no fue la excepción y le implicó reconfigurar al 100% su modelo de trabajo para poder mantenerse activa.

Pero, como dice una vieja frase, todo esfuerzo tiene su recompensa y hoy que los tiempos se le presentan más calmos, la firma apuesta a lanzarse de lleno a un nuevo rubro. Se trata de una nueva línea de ropa deportiva para motociclistas que incluye desde conjuntos térmicos hasta camperas, pantalones, zapatillas, botas y otro tipo de accesorios como rodilleras y antiparras.

"Nosotros ya habíamos hecho una prueba con una campera y un conjunto para motocross, pero lo que ahora vamos a estar sacando al mercado es una línea completa de diferentes prendas, calzados y artículos para llegar con una propuesta integral a este público", señaló Hugo Belzino, Contador y Gerente de la empresa y agregó que la fecha para el lanzamiento está estipulada para mediados de mayo.

Con esta incursión, buscan abarcar una mayor cantidad de clientes dentro del sector, saliendo a satisfacer una demanda que en la actualidad está insatisfecha. Según destacó el referente de Alto Impacto, la decisión estuvo motivada por la poca oferta que hay en este segmento de indumentaria y al hecho de que dicha producción se encuentra en sintonía con su actividad principal que sigue siendo la fabricación de cascos para motos y bicicletas. 

Hoy en día, su principal clientela se concentra en la región del Gran Buenos Aires, a donde llegan principalmente a través de su e-commerce y de la plataforma Mercado Libre. Pero los proyectos en carpeta también contemplan ampliar sus operaciones en el mercado exterior y comenzar a exportar sus líneas de productos a países como Uruguay, Colombia y México.

“Todavía no estamos tan competitivos en precios como industria de Brasil o China, por ejemplo, pero estamos eficientizando procesos para mejorar esta variable y que la marca pueda tener buen impacto afuera. La idea, igualmente, no es venderle a compañías y negocios de allá sino llegar desde nuestra fábrica directamente al cliente final, todavía estamos armando la parte de logística para cumplir con este objetivo”, indicó Belzino.

Salir adelante

Tras un trabajo continuo y sostenido desde finales de la década del sesenta, Vértigo entró en quiebra a principios del 2000 y fue adquirida en el 2001 por Daniel Carloni, su actual titular y el propio Belzino. A poco de volver a ponerla en marcha y reactivar la producción, sufrió un incendio quince años atrás que arrasó con todas sus instalaciones.

Fue en ese momento cuando los dos socios decidieron comprar un terreno sobre la autopista Rosario - Buenos Aires y construir una nueva planta en la localidad de Villa Gobernador Gálvez, la cual se puso en funcionamiento en marzo del 2008.

A partir de esa fecha, el mercado de las motos tuvo un repunte en las ventas que trajo consigo un crecimiento en el desempeño de la empresa. Sin embargo, la llegada del 2018 trajo de la mano una profunda crisis en el sector industrial. Según palabras del propio Belzino, lo que más los perjudicó fueron "la apertura de las importaciones y la mega devaluación del peso", situación que se extendió durante gran parte del 2019.

"Para dimensionar de lo que hablo, marzo del 2017 fue récord de patentamientos de motos con 80 mil unidades, mientras que en el mismo mes del 2018 se patentaron 20 mil unidades, la caída fue estrepitosa", destacó Belzino.

Cuando todo parecía acomodarse en el escenario nacional, la pandemia hizo su irrupción y volvió a poner a prueba la fortaleza y creatividad de la firma santafesina. A pocos días de haberse decretado las restricciones en todo el país, en Vértigo tomaron la decisión de reconvertirse y comenzar a elaborar implementos sanitarios para protección contra el Covid-19.

"Gracias a nuestra capacidad de organización interna, a los quince días de que cerrara todo nos lanzamos a fabricar insumos sanitarios, lo que nos permitió volver a la planta y estar operativos al realizar una actividad que era considerada esencial", señaló el gerente de la firma. Desde sus instalaciones se repartieron máscaras, barbijos y hasta cofias para personal de la salud.

Otro aspecto que la favoreció a la hora de hacer frente al duro contexto fue el hecho de contar con un sistema de comercio electrónico afianzado, el cual le permitió mantener los niveles de venta, incluso en momento donde los patentamientos de motos habían caído significativamente. 

"En el 2020 produjimos y vendimos más del doble de cascos que en el 2019".

El empresario destacó que la crisis desatada tres años atrás los impulsó a concretar un cambio en la estrategia. "Nosotros teníamos como principal destino de nuestra producción a clientes mayoristas y decidimos variar y apuntar directo desde la fábrica al comercio minorista y al comercio electrónico con entrega directo. Al final, pudimos penetrar en nuevos mercados y salir adelante".

De cualquier forma, en el 2020 no fueron todas malas noticias. Y es que con la gradual vuelta de las actividades, muchas personas empezaron a priorizar el uso de transportes individuales como motos y bicicletas para ir a sus puestos laborales, situación que se profundizó con los reiterados paros de colectivo en distintas ciudades, entre ellas Rosario. Esto provocó un incremento en las ventas de motocicletas, lo que se tradujo en más trabajo para la santafesina.

"En el 2020 produjimos y vendimos más del doble de cascos que en el 2019. Fue muy notorio el aumento, pasamos de estar de niveles muy bajos a niveles aceptables que nos dieron la posibilidad de recuperarnos", consideró Belzino.