Rivas destacó que los países de la región debieron enfrentar una situación inédita, como lo es la actual pandemia, “desde sus propias fragilidades” y a sabiendas de que “llevará décadas” recuperarse de las secuelas que dejará en materia educativa.

Entrevistado por Télam, el también integrante del Consejo Consultivo del Ministerio de Educación aseguró que “todos los países han aplicado políticas reactivas” para sostener el dictado de clases ante el cierre de escuelas.

“No hay grandes diferencias -agregó-. Nadie tuvo una solución mágica y ninguno pudo dar una respuesta más integral ante esta situación inédita“.

“La gran mayoría de los países, salvo Uruguay, Cuba y Nicaragua, no tuvieron presencialidad (escolar) el año pasado y este año. La Argentina fue el que más la tuvo“, aseveró Rivas.

Además destacó que, “cuando los picos de la pandemia llegaron, Uruguay debió cerrar sus escuelas, al igual que Brasil y Chile, mientras que Colombia y Perú tuvieron apertura incipiente pero debieron volver a cerrar las escuelas ante el rebrote de casos“.

Conforme a Rivas, tanto Brasil como México “son dos países que históricamente tuvieron que reemplazar la presencialidad por la educación a distancia. El caso del segundo es particular porque allí se dictan clases por televisión en un sistema denominado Telesecundaria, que lleva 60 años“.

De acuerdo a datos difundidos por el Ministerio de Educación, durante el 2020 las escuelas de Latinoamérica cerraron sus puertas y brindaron, en su reemplazo, clases virtuales en promedio 172 días.

Abierto ese indicador por países, Argentina restringió la modalidad presencial 157 jornadas, muy por debajo de Brasil, que registró 267; México, con 228; Ecuador y Colombia, con 223 y 161 respectivamente.

Desde la perspectiva de Rivas, el efecto que tendrá la pandemia en términos educativos “será devastador y tendrá múltiples dimensiones“.

“Se van a perder muchos aprendizajes y se va profundizar la desigualdad, algo que ya estamos observando“, reflexionó y agregó que el impacto “será mayor en matemáticas que en lengua porque la primera depende mucho más de la escuela, mientras que el impacto de la deserción se estima que será muy importante, algunos cálculos hablan del 10 por ciento del alumnado del nivel secundario“.