Los ancestros de los mamíferos empezaron a tener sangre caliente unos 20 millones de años más tarde de lo que se creía, según un estudio publicado en la revista Nature en el que se examinó el oído interno de 56 antepasados de mamíferos extintos, se informó hoy.

La sangre caliente o endotermia es una de las características esenciales de los mamíferos, sin embargo «no se pueden utilizar termómetros con fósiles, así que se puede calcular su temperatura corporal», explicó Ricardo Araujo de la Universidad de Lisboa, uno de los autores del estudio.

Por este motivo, el nuevo método del equipo internacional de investigadores consistió en examinar los conductos semicirculares del oído interno de 56 especies extintas de ancestros de los mamíferos para analizar cuándo surgió el calentamiento.

Como sucede en la actualidad, esos conductos diminutos, por los que circula un fluido, son esenciales para mantener el equilibrio, consignó la agencia AFP.

Así, los investigadores constataron que, al subir la temperatura de un cuerpo, lo mismo ocurría con el fluido de esos canales.

Araujo utilizó el ejemplo del aceite para freír, el que, antes de calentarlo, es «muy viscoso, muy denso», a diferencia de cuando se caliente, que se torna «más ligero, fluye mucho más rápidamente».

De esta forma, ese fluido interno más ligero, presente en el oído interno, provocó que los conductos internos se estrecharan progresivamente, lo que puede comprobarse en los fósiles.

Si bien esa pista había sido explorada anteriormente, el equipo logró desarrollar un modelo de análisis no solamente para los ancestros, sino también para los mamíferos actuales, incluidos los seres humanos.

«Puede medir tu oído interno y decirte con precisión hasta qué punto tu sangre es caliente», aseguró Romain David, del Museo de Historia Natural de Londres.

Los estudios previos calculaban que el cambio ocurrió hace unos 252 millones de años, en la época de la extinción masiva del Pérmico-Triásico.

A su vez, el estudio indicó que el cambio fue relativamente rápido en términos geológicos, aproximadamente en un millón de años, y mostró que «no fue un proceso lento, gradual, como se creía hasta ahora», aseguró Araujo.

A medida que la Tierra se enfriaba, los ancestros de los mamíferos fueron elevando la temperatura de su sangre, lo que les permitió «ser más independientes del clima, correr más rápido y durante más tiempo, explorar diferentes hábitats, las regiones polares, o durante la noche, y efectuar grandes migraciones», agregó David.

«Hubo muchas innovaciones en ese tiempo que empezaron a definir qué es un mamífero, y eventualmente lo que iba a ser un ser humano», concluyó el investigador.