Este jueves se cumplen tres meses del violento ataque a una pareja de ancianos en el barrio Oeste de la localidad santafesina de Esperanza. Al menos tres delincuentes entraron cuando la dueña -pensando que era la mujer que los ayudaba con la limpieza- les abrió la puerta.

Uno de los delincuentes golpeó a Odilma y luego a Remigio hasta el cansancio. Las hijas del matrimonio difundieron un mensaje donde cuenta que aún sus padres no pueden recuperarse del ataque y que la familiua está con "depresión, angustias y miedos".

El mensaje de las hijas de Odilma y Remigio

"Hoy 9 de junio hace 3 meses que nuestras vidas cambiaron ....Un cambio de 180 grados. No solo por la salvaje golpiza que recibieron nuestros padres sino por las secuelas q estamos transitando. Depresión, angustia, miedos...Seguimos con una enorme impotencia y ver el deterioro de ellos es un dolor indescriptible.

A 3 meses agradecemos a la sociedad esperancina por el acompañamiento incondicional, a nuestros amigos, familiares, al pastor Jorge Buschiazzo, a los medios de comunicación, al doctor Sergio Sena, a la Dra. Romina Bouquin, al jefe de la A.I.C. y al fiscal Alejandro Benítez por su dedicación y compromiso social.

Sabemos que habrá justicia....Pero nuestras vidas ya no son las mismas...Nuestros padres fueron atravesados por una experiencia que es muy difícil sobrellevar. Dios siga protegiéndonos. Y nos ayude a continuar", concluyó.

El ataque a Odilma y Remigio

Los delincuentes ingresaron a su casa en pleno centro de la ciudad y sin mediar palabra, uno de ellos comenzó a golpear a la mujer en el ojo: le pusieron cinco puntos y está llena de moretones. Su pareja fue golpeado en los brazos y en el rostro. Según publica Aire de Sante Fe, en ningún momento les pidieron nada, revolvieron la casa, buscaba dinero, se llevaron joyas.

"En el Samco les dieron las primeras curaciones y los derivaron al sanatorio Esperanza, a las dos o tres horas Remigio comenzó a vomitar sangre, estuvo internado en terapia intensiva unos días, luego en una habitación común y ahora se recuperan ambos en mi casa. Anímicamente están muy decaídos. Somos tres hermanas, que estamos cuidándolos. Esto es una pesadilla de la cual todavía no salimos", relató muy angustiada Marcela Engler, la hija de las víctimas a días del cruel ataque.