El caso de violación de una nena de 9 años en Grandoli y Rufino Ortega, zona sur de Rosario, generó un reclamo de justicia por parte de los vecinos que este miércoles se extendió, no solo hacia el gendarme ya imputado, sino contra su pareja y madre de la chica, a quien acusan de “cómplice”.

Lo que durante mucho tiempo fue silencio en el barrio ahora se expresó en forma de indignación. Testigos de los mal tratos contra la niña contaron a De 12 a 14 (El Tres) que los abusos, no solo sexuales, existieron hace por lo menos “un año y medio”.

El padrastro de la víctima, un efectivo de las fuerzas federales, ya fue imputado por violación pero ahora los habitantes del edificio en donde vivía la familia piden que se investigue a la madre y se verifique el estado de otro hijo: un chico de 2 años que sigue bajo la tutela de la mujer.

Los vecinos también pidieron un tratamiento más efectivo de la Dirección de Niñez. “La nena de 9 años no tiene contención ninguna desde lo psicológico pero sí desde lo afectivo, por las personas que la están cuidadano”, dijo uno de los manifestantes, que al igual que este martes y desde el lunes, cortaban la calle en busca de respuestas concretas.

“La mamá sigue dando vueltas con un nene de 2 años que tampoco se le hizo pericias para ver cómo está. Que la Secretaría de la Niñez deje de lado tanto protocolo y que se hago cargo de una vez”, pidió el vocero del grupo.

Afirmó que las agresiones existen “hace mucho” y habló de “cosas que vienen de años para atrás, de abusos y golpes”. “La dejaban en el balcón en pleno invierno para castigarla o quedaban los dos chicos solos en la calle a la 1 de la madrugada”, relató el vecino, aunque no pudo explicar por qué no se denunció antes.

“Por miedo, capaz porque la persona es de Gendarmería”, dijo y pidió que los testigos dejen “el silencio de lado y vayan a testificar y digan que esto venía pasando hace un año y medio, no de unos días”.

Ivana, otra manifestante, sumó: “Vivo en el edificio de enfrente y la mayoría dice que la dejaban afuera en pleno inverno. Yo llegaba de trabajar y la veía a la nena sola en la calle sin contención. Los vecinos dicen que la veían con golpes. Esto viene de larga data”.

La protesta, con el gendarme detenido, se basó más que nada en el rol de la madre: “Estaba al tanto de todo lo que pasaba a la hija”. Se preguntaron si estaba en “capacidad de criar a sus hijos”.

Fue la nena quien se acercó “a una vecina, una mujer policía, y le cuenta lo que estaba pasando y ella la lleva a hacer la denuncia”. La propia niña, entonces, fue la encargada de poner en palabras “lo que todos sabían”, resumieron los voceros del grupo.

Mientras la entrevista se producía en la calle, desde los edificios linderos gritaron: "Presa a la cómplice". “La nene le contaba todo a sus amiguitas. Decía que «hacía sexo con su papá», pero la madre sabía todo”, añadió otra señora.