Científicos de la Universidad de Stony Brook, en Estados Unidos, estudiaron las precipitaciones que se produjeron en el Océano Atlántico Norte durante la temporada de ciclones. Durante la temporada se registraron un total de 30 tempestades o huracanes, de los cuales doce tocaron tierra en Estados Unidos y provocaron decenas de miles de millones de dólares en daños.

Los estudiosos compararon las precipitaciones generadas durante esos episodios meteorológicos con modelos que supuestamente indican la cantidad de lluvia que hubiera caído sin cambio climático. "La conclusión principal de nuestro estudio es que el cambio climático provocado por el hombre aumentó las lluvias extremas asociadas a la temporada de los huracanes entre un 5 y un 10%", explicó a la agencia de noticias AFP el autor principal, Kevin Reed, de la Universidad de Stony Brook, en Estados Unidos.

El estudio analiza en particular los episodios de diluvio durante un periodo corto de tiempo, y la lluvia continua (menos intensa) durante un lapso más largo. En términos globales, para el conjunto de la temporada ciclónica, el cambio climático aumentó en un 5% el volumen de lluvia que cayó en los tres peores días, y en un 10% la lluvia que cayó en las tres horas más intensas, respecto a los datos que se tenían de 1850.

Las cifras "no son sorprendentes" si se tiene en cuenta que la concentración de humedad en la atmósfera aumenta un 7% por grado centígrado, explica el estudio. En el caso de los huracanes, el impacto del cambio climático es aún más importante, con un alza del 8% (en los tres días de mayor precipitación) y del 11% (en las tres horas de peores registros), lo que significa "cerca del doble" de lo que esperaban los científicos.

Las tempestades y huracanes se forman por la combinación de la humedad y la temperatura de la superficie marina. Un gran número de esas tempestades se formaron en 2020 cuando la temperatura en el Atlántico norte era superior a 27ºC, es decir, entre 0,4 y 0,9°C más que en la era preindustrial.

A causa de las emisiones de gas de efecto invernadero, la temperatura media del planeta aumentó aproximadamente en un +1,1°C respecto a la era preindustrial, según publicó Télam.