Amalia Granata fue una de las voces en contra de la suspensión de las clases en Buenos Aires durante dos semanas. A través de sus cuentas sociales criticó la medida con energía. Ayer, la legisladora habló en Los Ángeles de la Mañana del trauma que atravesó su hijo menor, Roque, a raíz del encierro.

“Si tienen ganas de saber lo que les pasa a los chicos, que vayan a un colegio, que vaya a la puerta de un colegio para que vea cómo los chicos hacen su fila con la distancia correspondiente, cómo ponen su manito para recibir el alcohol en gel, cómo ponen la mano para que le tomen la fiebre, cómo usan el barbijo, cómo entran al colegio y cómo salen”, empezó pidiendo Amalia a las autoridades.

“Porque aparte los pibes quieren ir al colegio, lo necesitan, es parte del aprendizaje, de la madurez”, le dijo Yanina Latorre, una de las "angelitas". Y otra de las panelistas, Andrea Taboada, consultó: “Amalia, vos como legisladora ¿vas a hacer algo, vas a accionar de alguna manera?”.

“Nosotros lo estamos hablando con mi equipo. Obviamente que la protesta no solo sirve, sino también desde la parte legal, judicial también, porque podemos presentar amparos, porque esto atenta contra los derechos del niño, es gravísimo lo que están haciendo con los chicos”, le contestó.

Y agregó su caso personal: “Yo, particularmente, el año pasado con el más chiquito, tuve un problema de depresión en el que Roque volvió a usar pañales, él regresó a los pañales y costó mucho después sacárselos, que se deje de hacer pis en la cama. Y hoy volvió a la escuela y está feliz, está saludable. La escuela es esencial, la educación es esencial, en un país donde más de un 40% de niños son pobres, lo más esencial es el colegio. El colegio es salud, no contagia. Por favor, terminemos con la grieta y con las ideologías y los sindicalistas que se meten en un terreno donde desconocen absolutamente lo que les está pasando a nuestros niños, y manejan la vida de esos niños”.