Las obras de restauración del Monumento Nacional a la Bandera están un poco más cerca de concretarse. A siete años del primer anuncio de Nación sobre un plan para poner en valor el emblemático edificio, este lunes se abrieron los sobres y hay dos interesados en encarar las obras.

En un contexto de total hermetismo, el pasado 13 de julio se publicó en el Boletín Oficial el llamado a licitación y esa misma semana se oficializó el pliego con el detalle de las obras a realizarse. En su momento, desde el Ejecutivo nacional explicaron que la decisión de no mediatizar el llamado a licitación tenía que ver con que les parecía “poco prudente” hacerlo teniendo en cuenta que la obra en cuestión fue “tan manoseada” durante la gestión anterior.

A esa prudencia que señalaron desde el Ejecutivo se le sumaba también el temor de que el llamado quede vacante producto de la inestabilidad económica que atraviesa al país. Cabe recordar que la publicación se hizo luego de la renuncia de Martín Guzmán y durante el paso de Silvina Batakis por el Ministerio de Hacienda.

Pero finalmente este lunes 26 de septiembre, se cumplió el plazo previsto para que las empresas presentaran sus propuestas y se abrieron los sobres. En total aparecieron dos firmas interesadas en encarar el plan de restauración. 

Por un lado está la firma rosarina DyScon S.A. cuyo titular, Mariano Schor, fue electo la semana pasada como presidente de la delegación local de la Cámara Argentina de la Construcción. En tanto que por el otro lado la empresa que competirá por quedarse con el contrato es Cocivial, oriunda de San Nicolás.

En ambos casos, las propuestas presentadas superan ampliamente el presupuesto de 527.441.563,13 pesos que Nación había previsto dos meses atrás para realizar la obra. En lo económico, DyScon corre con una pequeña ventaja ya que su propuesta, $967.531.342,30, es inferior a los $1.024.202.864,95 que pidió la firma bonaerense para llevar adelante la obra.

Con ambas empresas oficializadas, ahora se abre la etapa de análisis de ambas propuestas para determinar si ambas cumplen con los requisitos previstos por el proyecto original. Una vez que esto pase, finalmente se definirá cuál de las dos firmas se va a quedar con el contrato.