Este martes, la Justicia archivó la causa por violencia de género que se había iniciado contra el futbolista Eduardo Salvio tras protagonizar un episodio en el que su expareja Magalí Aravena denunció haber sido atropellada en Puerto Madero, durante la madrugada del pasado 14 de abril.

La carátula del caso que llevó adelante el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires es “lesiones leves dolosas, agravadas por mediar la violencia de género y tratarse de su cónyuge”. El fallo publicado este martes, que dio a conocer Mauro Szeta en su cuenta de Twitter, detalla que “faltan pruebas sobre la materialidad del hecho”. 

El hecho ocurrido el 14 de abril pasado quedó registrado en las cámaras de seguridad. Como se puede observar, el jugador de Boca sale con su vehículo de la propiedad ubicada en Puerto Madero, a la altura de Avenida Azucena Villaflor y Juana Manso.

Pocos segundos después se ve a Magalí Aravena, ex esposa de Salvio, en la parte delantera del automóvil, que avanza sobre la calle. Luego, Aravena se coloca al costado, quedando agarrada de la puerta del acompañante mientras el rodado sigue su curso y ella cae al suelo.

El saldo fue un traumatismo en la rodilla derecha y una denuncia. En la denuncia también intervino la Oficina de Asistencia a la Víctima, instancia donde se convocó a Magalí Aravena para recibir ayuda, ser entrevistada y elaborar un informe para la Fiscalía. 

Poco después del incidente, el 4 y el 12 de mayo, la ex mujer del futbolista fue citada pero no asistió ni respondió los llamados de la autoridad interviniente. En ambas instancias pidió la reprogramación de las entrevistas y más tarde, a través de un comunicado, confirmó que desistiría de la denuncia por “proteger a mi familia en su totalidad”. 

Este comunicado aclara que solicita que las “medidas cautelares” en contra de su ex pareja se mantengan vigentes. Actualmente, Salvio no puede acercarse a 300 metros de Aravena, con la única excepción de tener contacto con sus hijos, siempre que haya una tercera persona que medie la situación. 

El fiscal de la causa, tras analizar los datos, pruebas y escuchar a la denunciante, consideró que no hay sustento para no archivar la causa. Además, puso delante la voluntad de la mujer de “no querer continuar” con la investigación.