Norberto Loizeau, el propietario de un bar temático de cine en Buenos Aires que permaneció cerrado durante casi 12 meses como consecuencia de la pandemia de coronavirus, se llenó de bronca cuando llegó el momento de abrir y, tras convocar a sus empleados que nunca dejaron de cobrar sus sueldos, más de la mitad de ellos le dijeron que estaban trabajando en otro lado. 

"Después de 12 meses cerrados por la cuarentena, el gobierno decidió habilitar los cines. Así que reabrimos El Capitán. 11 meses pagando salarios de 20 personas. Ahora los convoco a trabajar y 14 de las 20 estaban laburando en otro lado. Pelotudo es poco lo que me siento!!", publicó Tito, como lo apodan quienes lo conocen,  en la red social Twitter.

El hombre se define a sí mismo como un "emprendedor serial", tiene varias empresas y ya ha expresado su opinión sobre las dificultades de emprender en Argentina, aunque a pesar de eso decidió invertir en el país. 

La historia que se volvió viral comenzó en junio del 2019, cuando Loizeau y su hijo Gastón abrieron un restaurante temático de cine inspirado en el Hollywood de los años 30, según le contó el empresario a Clarín

El establecimiento, ubicado en el shopping Norcenter en la Zona Norte de Buenos Aires, está instalado junto a las salas de cine del lugar, por lo que Tito explicó que el cien por ciento de su clientela va al restaurante antes o después de ver una película. 

"Una superficie de 350 m2 y capacidad para 150 cubiertos, mesas tradicionales, mesas altas al estilo años 50, más de 45 platos en el menú. No nos podíamos quejar", reconoció el emprendedor de 51 años tras describir el restaurante. 

Luego de que el 3 de marzo del 2020 se conociera el primer caso de coronavirus en el país, la incertidumbre generalizada del momento también afectó a Loizeau, aunque no se esperó que las restricciones se extendieran durante tanto tiempo. 

"Como todos, yo pensaba que iba a durar quince días. Pero fueron treinta y luego dos meses y después ya no sabíamos cuándo iba a terminar todo esto", dijo.

El bar está instalado junto a las salas de cine del shopping Norcenter. 

A pesar de las dificultades, el empresario continuó pagando el sueldo de sus 20 empleados entre el 1 y el 5 de cada mes, en el marco de la prohibición de los despidos y suspensiones establecida por el Gobierno.

"Nos anotamos en el ATP que nos cubrió el 50 por ciento de los salarios, la otra mitad la pagaba yo de mi bolsillo, sin tener ningún ingreso", explicó. 

Pasó un año de lidiar con esa situación y finalmente se conoció la noticia de la reapertura de los cines en la provincia de Buenos Aires y CABA, lo cual le dio esperanza al empresario. 

A través de un grupo de WhatsApp en el cual iba manteniendo pendientes a sus empleados sobre la situación y el pago de sueldos, les envió un mensaje que decía: "Buen día, vamos a reabrir el restaurante. Necesito que vengan así lo ponemos en condiciones", dijo sin recibir ni una sola respuesta.

Tito comenzó a enviarles mensajes privados a cada uno de los 20 empleados, y de esa manera se enteró que 14 de ellos ya habían conseguido otro trabajo, incluso desde hacía varios meses, sin haberle comentado nada antes. 

"Siguieron cobrando la ayuda del Estado", mientras duró, "y el sueldo que les pagaba" Loizeau a pesar de que tenían otros empleadores.

"Fue una decepción. Fue pensar 'yo te banqué, no te dejé en la calle tirado y así y todo me cagaste'. Gasté dos millones y medio de sueldos durante todo el año, manteníamos un diálogo, una relación y ésa fue su forma de respuesta", contó Tito, indignado por la situación. 

El restaurante está inspirado en el Hollywood de los años 30. 

Para resolver esta cuestión, el empresario dijo que tomó la decisión de esperar el telegrama de renuncia de cada uno de los que consiguieron otro trabajo, y aseguró que no va a iniciar acciones legales. 

"Ahora tengo sólo seis empleados, aunque yo sé que si pongo un aviso tengo una fila de gente que pide laburar. Pero queremos esperar a ver cómo funcionan los protocolos del cine, si eso atrae al público y ahí evaluaremos", dijo sobre el futuro de su negocio. 

Por último, concluyó con una pregunta que lo mantiene preocupado: "¿Y si abro y en mayo se disparan los casos? Van a tener que cerrar todo de vuelta, no sé. Queremos asegurarnos que si abrimos es porque vale la pena".