Un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral busca dilucidar el misterio sobre el origen y los sitios arqueológicos que hay en el interior y en los alrededores de la laguna Setúbal.

Hace 50 años que no sucedía algo de esta magnitud. La bajante del río Paraná es histórica y da lugar a que los especialistas puedan viajar en el tiempo y retroceder miles de años para conocer los orígenes y cambios por los que atravesó esta laguna santafesina.

A principios de julio, un equipo interdisciplinario de investigadores de la FICH, encabezado por el docente e investigador Carlos Ramonell, realizó dos perforaciones. “Esta bajante extraordinaria nos brinda la oportunidad de hacer estudios con una mirada integral que involucra tanto conocimientos básicos como aplicados”, destacó el coordinador.

Aclaró que es la primera vez que se realizan investigaciones que involucran análisis de laboratorio de este tipo en Santa Fe.

Si bien hay registros de perforaciones que se hicieron en ocasión de diversas obras e intervenciones en la laguna que aportan información útil acerca de los materiales existentes, "no fueron hechas desde una perspectiva integral que permitiera evaluar cuáles y cuándo fueron los cambios ambientales que ocurrieron en la zona a través de miles de años, así como otras particularidades del paisaje y subsuelo lagunar", recalcó.

Los estudios que lleva adelante este equipo continuarán mientras permanezca la bajante, que se prolongará varios meses más, en función de los niveles de agua y las condiciones hidrometeorológicas que se presenten, según explican desde la Universidad Nacional del Litoral.

Abarcan desde el análisis de arenas que contienen restos fósiles de más de 100 mil años de antigüedad, pertenecientes a una variada fauna extinta de mamíferos que habitaron la región -caballos y elefantes americanos, perezosos gigantes de varios metros de longitud y gliptodontes-, hasta el estudio de las características del subsuelo lagunar y su entorno a través de miles de años.

Patrimonio ambiental

 

El río Paraná es mucho más de lo que parece. Favorece y sostiene el desarrollo de diferentes ecosistemas acuáticos y de humedal, más una multiplicidad de recursos que deben aprovecharse en sintonía con su dinámica particular. Además, alberga un extenso patrimonio cultural y científico.

La laguna Setúbal, que forma parte del sistema fluvial de este gran río de llanura, tiene una cantidad importante de sitios arqueológicos que datan, al menos, de dos mil años.

"El ámbito de la laguna no siempre fue lo que nos acostumbramos a ver. En sus bordes, hay tanto geoformas que obedecen a la dinámica fluvio-lagunar actual, como por ejemplo el delta del arroyo Leyes por el norte, como geoformas antiguas formadas hace miles de años", indica Ramonell.

El margen este -describe el especialista- corresponde a un antiguo campo de dunas de desierto, como las que el viento genera en algunas zonas áridas del oeste del país, mientras que por el oeste aparecen formas sedimentarias antiguas que dan cuenta de una "laguna que tuvo una actividad de oleaje mucho más significativa que las de las últimas décadas".